La marca japonesa Nissan enfrenta una crisis financiera crítica que la ha llevado a activar un “modo de emergencia” para intentar asegurar su supervivencia. Según un informe del Financial Times, la compañía japonesa tiene un plazo de entre 12 y 14 meses para revertir su delicada situación económica o enfrentarse a consecuencias potencialmente catastróficas.
El CEO de Nissan, Makoto Uchida, ha anunciado una serie de medidas drásticas que incluyen despidos masivos, recortes salariales, reducción de la producción y venta de activos estratégicos, en un intento por estabilizar la situación.
Nissan planea despedir a 9.000 empleados a nivel global y reducir su capacidad de producción en un 20%, en línea con los bajos niveles de demanda en los principales mercados, como Japón y Estados Unidos. Además, Uchida confirmó que se recortarán los salarios de los altos directivos como parte del esfuerzo por reducir costos.
Entre las medidas más controversiales está la venta del 10.02% de las acciones que Nissan posee en Mitsubishi, una decisión que podría afectar el equilibrio estratégico de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi.
La relación entre Renault y Nissan parece estar entrando en una nueva etapa. Renault, que en su momento controlaba el 46% de las acciones de Nissan, ha reducido progresivamente su participación accionaria a menos del 40%, y se espera que este porcentaje siga disminuyendo antes de fin de año.
Este distanciamiento refleja la presión que ambas empresas enfrentan para consolidar su posición en un mercado global cada vez más competitivo y en transición hacia los vehículos eléctricos.
En medio de la incertidumbre, Honda aparece como un posible aliado. Ambas empresas ya colaboran en el desarrollo de vehículos eléctricos, y este acuerdo podría ampliarse hacia otras áreas estratégicas, según especulaciones del sector. Sin embargo, cualquier movimiento en esta dirección dependerá del éxito de Nissan en encontrar un inversor ancla que inyecte capital fresco al negocio.
El tiempo corre en contra de Nissan. Altos ejecutivos de la compañía, citados por el Financial Times, afirman que las medidas implementadas podrían no ser suficientes para garantizar la supervivencia. Según uno de ellos: “Tenemos 12 o 14 meses para sobrevivir. Será muy difícil sin un apoyo financiero significativo”.
La marca enfrenta el desafío de generar ingresos en sus principales mercados, mientras se adapta a una industria en rápida transformación. La postergación del lanzamiento de nuevos modelos y el freno en la innovación podrían poner a Nissan en una posición de desventaja frente a competidores más ágiles y financieramente sólidos.