La sal ya no tendrá el mismo gusto y tal vez a partir de ahora cuando hagamos un gestito de idea nos pondremos un poco triste. Es que este viernes 23 de septiembre falleció, a los 97 años, Carlitos Balá, uno de los grandes comediantes de nuestro país y un ícono de la cultura popular de la Argentina que dedicó buena parte de su trayectoria a entretener a los niños.
Actor, comediante, humorista, músico, Carlos Salim Balaá Boglich, tal su verdadero nombre, había nacido el 13 de agosto de 1925 en el barrio de la Chacarita y pasó a la fama con el mítico Show de Carlitos Balá, un emblema de la infancia para muchas generaciones.
De ahí salieron grandes frases como “qué gusto tiene la sal”, “hagamos un gestito de idea”, “un kilo y dos pancitos” y tantas otras. También se recordará por siempre el “sumbudrule” o Angueto, ese perro que era muy inquieto. Balá también brilló en la pantalla grande con películas hechas a su medida como la saga de Canuto Cañete.
“No tengo tiempo para estar triste, tengo alegrías que me eclipsan. Y hago reír todo el día. En los aviones me pongo a bailar con las azafatas… La fórmula es recibir cariño. Yo soy de espíritu joven. El cariño te rejuvenece”, había asegurado Carlitos Balá durante un homenaje que le realizaron en la Cámara de Diputados en 2017.
Fuera del escenario y las cámaras, Carlitos Balá tenía dos amores: el club de fútbol Chacarita y un Mercedes-Benz que utilizaba para viajar de Buenos Aires a Mar del Plata, su reducto veraniego, todos los años. Se trataba de un Mercedes-Benz 280 SE que compró de 0 kilómetros.
Si bien tenía otro modelo de la marca alemana, las comodidades que le ofrecía el 280 SE hacían que sea su preferido para hacer el viaje rumbo a La Feliz junto a su familia. “Es el mejor sedán que tuve y que jamás tendré”, solía decir.
Conocido internamente como serie W116 fue la primera generación de lo que luego se conoció como la Clase S y se produjo entre 1972 y 1980. Montaba un motor seis cilindros en línea, con 2,8 litros y un sistema de inyección Bosch que le permitía desarrollar 185 CV y 238 Nm de torque.
Durante algún tiempo el auto permaneció en el estacionamiento del Edificio Havana y solo unos pocos sabían quien era su famoso propietario.