Hugo Mazzacane desafía al ACA: minimiza la resolución oficial y abre la puerta a una batalla judicial
El presidente de la ACTC no solo cuestionó la autoridad del ACA y la Resolución 207/2025, sino que dejó entrever que si la pulseada escala, el próximo round podría darse en Tribunales.
El automovilismo argentino se juega en dos frentes. Uno es el más visible: con los autos de las diferentes categorías en la pista. El otro, más denso y peligroso, transcurre en las sombras, entre licencias bloqueadas, presiones a circuitos y maniobras de poder. Y es en ese segundo terreno donde el presidente de la Asociación Corredores Turismo Carretera, Hugo Mazzacane, acaba de encender una bengala.
En una entrevista con Visión Auto, Mazzacane rompió su silencio institucional y habló sobre el conflicto con el Automóvil Club Argentino. No solo minimizó la Resolución 207/2025 que reconoce al ACA como única Autoridad Deportiva Nacional, sino que abrió la puerta a una embestida judicial.
“El gobierno puede resolver sobre muchas cuestiones de importancia realmente para el país. Ahora bien, después existe la posibilidad del recurrir a la justicia, en caso que haya quienes no estén de acuerdo o entiedan que son perjudicados. Un gobierno toma las decisiones que cree son las correctas, después existen pasos en la justicia; nada extraño, lo vemos todos los días en un país como el nuestro donde funcionan las instituciones y los tres poderes”, dijo Mazzacane, dejando en el aire una amenaza tan elegante como explícita.
UNA DECLARACIÓN DE GUERRA
Durante años, la ACTC funcionó como un ente con peso propio. Y el ACA, con la representación oficial ante la FIA, mantuvo una autoridad formal, reconocida, pero poco ejercida. Ese equilibrio -tenso, pragmático, inestable- se rompió en noviembre de 2023 cuando la ACTC aceptó fiscalizar al Turismo Nacional (hoy TN APAT) y al Turismo Pista, categorías que hasta ese momento estaban bajo el paraguas de la Comisión Deportiva Automovilística del ACA.
Desde entonces empezaron a verse las consecuencias: pilotos con licencia ACTC que no pueden tramitar una internacional, autódromos que habitualmente reciben al Turismo Carretera que, de “buenas a primeras”, deciden bajarse de los calendarios de los torneos de las categorías del ACA y una tensión que se percibe en cada rincón del automovilismo argentino.
En ese contexto, la aparición de Mazzacane en escena no es casual, ni protocolar: es una respuesta calculada a la Resolución 207/2025.
¿LA JUSTICIA COMO PRÓXIMO ESCENARIO?
Al plantear la posibilidad de judicializar el conflicto, Mazzacane instala un nuevo nivel de escalada. No se trata solo de licencias, autódromos o declaraciones cruzadas. Se trata de definir quién tiene la autoridad legítima para ordenar el automovilismo argentino. Y eso, si no se resuelve políticamente, terminará con toga, expediente y sello judicial.
El problema es que, mientras tanto, el automovilismo nacional sigue fracturado. Hay pilotos que no saben si podrán correr afuera. Hay organizadores que deben elegir entre una bandera y otra. Y hay un público que solo quiere ver carreras, pero cada vez entiende menos por qué los egos valen más que las fechas del calendario.
Y hay un dato que no es menor: La Federación Internacional del Automóvil ya lo dijo: mientras no se resuelva esta disputa interna, Argentina no será tomada en cuenta para los calendarios de ninguna categoría internacional. Sin paz en casa, no hay invitación al club de los grandes.
Lo que antes era un enfrentamiento soterrado hoy está expuesto. Mazzacane lo blanqueó. Ya no se esconde el conflicto: se reconoce, se defiende y se prepara para la próxima batalla. Si no hay acuerdos en los despachos, la próxima bandera a cuadros se bajará en un juzgado.
Y entonces, el automovilismo argentino se jugará donde no hay chicanas… pero sí recursos de amparo.
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