El lanzamiento de la Ferrari 296 GTB en 2021 trajo de vuelta recuerdos para muchos seguidores de la prestigiosa marca italiana. Al anunciar las características del propulsor, un V6 combinado con un motor eléctrico, inmediatamente pensaron en la resurrección del nombre Dino, el primer modelo “low cost” de Ferrari.
La denominación Dino surgió como un tributo a Alfredo “Dino” Ferrari, el hijo de Don Enzo que falleció a los 24 años debido a una enfermedad congénita llamada distrofia muscular. Desde una corta edad, Enzo se dedicó a capacitarlo para ser su sucesor y por ello le envió a algunas de las mejores escuelas europeas.
A mediados de los ’50, Dino y el ingeniero Vittorio Jano habían comenzado a desarrollar un V6 para su uso en un F.1. Desafortunadamente, Dino murió en 1956 antes de que este motor hiciera su debut en la categoría en 1958 e iniciara una etapa victoriosa con títulos y triunfos.
Durante su desarrollo, Dino y Jano presionaron a Don Enzo para que lanzara una línea de modelos deportivos con motores V6 y V8 que fueran alternativos o complementarios a los tradicionales V12 de la marca de Maranello.
El objetivo era que Ferrari, sin perder su exclusividad, atrajera a un público más amplio y detuviera el avance de Porsche, que se estaba haciendo cada vez más popular. Por lo tanto, se pensó en una línea más accesible a los modelos equipados con los legendarios V12.
Antes de dar luz verde, Ferrari había intentado tener vehículos “low cost”, pero no había tenido el éxito esperado: el ASA 1000 GT y el proyecto conjunto con Innocenti, el 186 GT. Mientras que este último no prosperó, el primero sí, aunque su alto precio resultó ser un obstáculo comercial. El proyecto Dino, en cambio, tenía objetivos más realistas.
Enzo accedió a lanzarlo al mercado, casi como un homenaje a su hijo. Sin embargo, quería que este modelo tuviera el pedigree de Ferrari, pero al mismo tiempo se diferenciara. Por lo tanto, el folleto del primer Dino indicaba que era “casi un Ferrari”. Inmediatamente ambos nombres se asociaron con la marca y el vehículo fue bautizado como Ferrari Dino.
Este deportivo alcanzó gran popularidad. No solo por su diseño de Pininfarina, sino también por su arquitectura de motor central posterior, que Ferrari no consideraba segura para sus V12.
NACE LA FERRARI DINO 206 S
En 1966, en el Salón del Automóvil de Turín y coincidiendo con el décimo aniversario de la muerte de Dino, se presentó la Dino 206 S, un modelo concebido para la competición. Con un motor V6 de 2 litros fue pensado para ser el “rey” de la categoría sport, pero como las 50 unidades requeridas para su homologación no llegaron a fabricarse debió competir como prototipo. El éxito del modelo llevó a Ferrari a desarrollar una versión de calle, la 206 GT, que ofrecía 175 CV y se produjo entre 1966 y 1967.
Debido a la demanda de más potencia por parte de los clientes, Ferrari lanzó la 246 GT y GTS (Spider), con un propulsor de 2.4 litros y 175 CV. Este modelo fue un éxito, con más de 3.569 unidades producidas entre 1968 y 1976.
Fue sorprendente que estos motores no fueran realizados por Ferrari, sino por Fiat. Esto se debió a que Ferrari quería un motor V6 de 1.6 litros como base para una Ferrari de F2 y la normativa de esta categoría requería que el motor proviniera de un vehículo producido en al menos 500 unidades anuales.
Fiat produjo el Fiat Dino con versiones cupé y cabrio con motores menos potentes que los de Ferrari. Más tarde, Ferrari desarrolló una versión V8 de 3 litros y una cupé de cuatro plazas, la 308 GT4. Finalmente, Ferrari decidió abolir la denominación Dino y los 308 pasaron a ser conocidos como Ferrari 308.
A pesar de los cambios, el nombre de Dino sigue siendo un símbolo para los fans de Ferrari y su legado continúa hasta hoy en día.