“Y de repente sentí un dolor como nunca me había pasado. Me quedé duro, arrodillado, sin poder moverme. Mi disco intervertebral se había salido con tanta violencia que me aplastó la médula y el nervio ciático”. Con esas palabras, Franco Vivian contó en su cuenta de Instagram cómo vivió uno de los momentos más difíciles de su vida, cuando una lesión casi lo deja con una secuela severa.
Ocurrió este mismo año mientras disputaba el torneo del Súper TC2000 para el equipo oficial Toyota. Con lo justo se operó y su problema de salud se solucionó, en el medio un fin de semana soñado en Alta Gracia, durante la tercera fecha, con la victoria en la carrera clasificatoria y el segundo puesto en la competencia dominical detrás de Matías Rossi.
“Junto al Dr. Bressi empecé a buscar especialistas para tratar mi condición, el tiempo jugaba en contra, mientras más me demoraba, más irreversible podía volverse el cuadro. Busque y busque hasta que di con el Dr. Pablo Marino del Fleni”, recordó luego Franco, que reprodujo el diálogo con el médico.
-Te puedo operar este sábado.
-No doctor, este sábado corro en Córdoba…
-Nene vos llegaste en bastón y arrastrándote al consultorio, ¿cómo vas a correr en Córdoba?
-Doc, yo este sábado corro en Córdoba…
-El próximo lugar que tengo en el quirófano es recién el próximo viernes, post carrera. Pero ese viernes se cumplen las tres semanas de presión sobre la médula. No podemos joder con la fecha, puede que quedes con secuelas de por vida.
-Doctor, yo corro este sábado. Y voy a ganar. Mirela por televisión…
Después Franco recordó lo que le dijo a Pedro Bressi, el doctor del Súper TC2000, que tanto lo había apoyado. “Peter, me operó después de la carrera. Voy a ganar y te quiero dar un abrazo ni bien baje del auto”.
La parte más dura de su relato está relacionada a cómo vivió esos días que pasaron hasta la operación: “Llore como nunca había llorado en mi vida, estaba re cagado… Fueron los peores días, no podía dormir, no me podía parar, había días que no podía sentarme. Solo podía estar con las piernas para arriba. Comía en el piso, y lloraba, lloraba todo el tiempo”.
Pero el destino le había preparado una sorpresa porque eso que le dijo al doctor que lo iba a operar se cumplió: “El resto fue todo irreal. Fui y gane. Me operé, me costó un huevo volver a caminar como una persona normal. Siempre lo intente ocultar, pero estuve tres meses haciendo kinesiología con Mauricio Di Benedetto para recuperar la movilidad del pie”.
También rememoró la historia de una foto que compartió en su post, en la que se ve su silueta marcada con su sudor en el piso. “Había terminado el podio y fuimos a la conferencia de prensa, no podía mantenerme en pie, ni sentado, del dolor. Así que me tire al piso mientras esperaba mi turno. Cuando me levante, Gonzalo, de la categoría, sacó esa foto y me la mandó. Así había quedado el piso de la sala de prensa”.
“No tengo ni idea si voy a correr o no el año que viene. Lo que sí sé es que cuando hago este deporte le pongo absolutamente todo de mí y lo demás… Lo demás son carreras de autos. Buenas fiestas para todos”, culminó Vivian, que por talento, sacrificio y profesionalismo merece estar de nuevo en las pistas en 2022.