Franco Colapinto vivió uno de los momentos más difíciles de su incipiente carrera en la Fórmula 1 con un desafortunado abandono en el Gran Premio de San Pablo, su primera retirada en la máxima categoría. La carrera, marcada por intensas lluvias y un estado de pista caótico, representó un desafío extremo para el joven piloto argentino, quien, tras mostrar un rendimiento prometedor, terminó desertó al perder el control de su auto cuando promediaba la prueba.
Luego de una jornada de calificación complicada, Colapinto había partido desde la 16ª posición y logró una buena largada, ascendiendo rápidamente al puesto 12, incluso llegó a superar a Lewis Hamilton en una maniobra que entusiasmó a la afición. Sin embargo, las difíciles condiciones climáticas y el aumento de la lluvia complicaron la situación, y un contacto temprano con Oliver Bearman dañó levemente su monoplaza, obligando a Colapinto a tratar de controlar el auto en su primera experiencia bajo lluvia en la F.1.
Lamentablemente, la carrera de Colapinto terminó contra la pared cuando intentaba poner en temperatura el segundo set de gomas de lluvia intermedia que le había puesto el equipo en una llamativa segunda detención ya que la primera había sido solo unas vueltas antes.
LAS REACCIONES DE COLAPINTO Y VOWLES
Colapinto, visiblemente afectado, expresó su frustración al finalizar la jornada: “Estoy muy triste por el equipo, fue un día difícil y no salieron las cosas como queríamos. La escudería hizo un trabajo increíble para recuperar mi auto después del accidente en la calificación, así que siento mucho haber terminado así”.
El argentino explicó el momento crucial del accidente: “Teníamos un auto rápido y buscábamos aprovechar cualquier oportunidad. Paré para cambiar a intermedias y estaba tratando de calentar los neumáticos cuando, al pisar un gran charco de agua en la pista, perdí el control del coche”. A pesar de la decepción, Colapinto se mostró determinado a reponerse: “Podemos recuperarnos y lo haremos. Todavía nos quedan tres carreras y vamos a recuperarnos de esto”.
James Vowles, jefe de equipo de Williams, describió el día como uno de los más duros para la escudería británica ya que en pocas horas rompieron sus dos autos. De hecho, Alex Albon no corrió porque su auto quedó destruido tras accidentarse en la clasificación que se disputó horas antes. “Hemos tenido tres accidentes increíblemente graves en tan solo unas horas de diferencia y tenemos una enorme cantidad de trabajo por delante para ponernos al día con la situación de las piezas de repuesto antes de ir a Las Vegas en unas pocas semanas”, explicó.
Vowles también reflexionó sobre el impacto en el campeonato, ya que Alpine logró un importante resultado en Brasil, lo que relegó a Williams al noveno puesto en el campeonato de constructores: “Nuestro rival se merecía esas posiciones. Sumó una gran cantidad de puntos que los colocaron nuevamente en una posición muy alta en el Campeonato y nos relegaron al noveno lugar”.
UN DÍA PARA APRENDER Y FORTALECERSE
A pesar de los contratiempos, Vowles reafirmó la visión de futuro de Williams, destacando la importancia de centrarse en los próximos años y construir un equipo competitivo. “Nunca me doy por vencido hasta que se baja la bandera a cuadros, y este día no será una excepción”, sostuvo.
La próxima carrera en Las Vegas el sábado 23 de noviembre será una oportunidad clave para que Colapinto y Williams vuelvan a luchar por puntos, con la promesa de un enfoque renovado y la resiliencia necesaria para enfrentar los desafíos de la Fórmula 1.
