La batalla que mantienen Mercedes y Red Bull en la Fórmula 1 ha tenido una extensión en el DTM, la categoría de turismo más importante del mundo que este año ha inaugurado su era de vehículos GT3.
La corona del mítico Deutsche Tourenwagen Masters se definió en la última fecha del año en el circuito de Norisring y en medio de dos polémicas: órdenes de equipo, por un lado; y un choque, por el otro.
El alemán Maximilian Götz, del Mercedes-AMG Team HRT; se consagró campeón; mientras que el gran derrotado fue el australiano Liam Lawson, del Red Bull AF Corse.
Götz, que era el piloto que menos chances tenía de consagrarse, hizo lo que debía: ganar las dos carreras y para eso contó con la ayuda del resto de los pilotos de Mercedes que no dudaron en levantar para que no tuviese problemas para llegar al primer lugar.
Eso se noto, de manera muy grosera, en la segunda carrera en la que el austríaco Lucas Auer y el suizo Philip Ellis se dejaron superar por su compañero de marca cuando tenían asegurado el doblete para el Mercedes-AMG Team Winward.
Lawson, en cambio, tuvo todas en contra pese a haber llegado a esta cita al frente de las posiciones con 14 puntos más que el sudafricano Sheldon van der Linde (ROWE Racing) y 26 sobre el finalmente campeón.
El tercer lugar que consiguió en la primera carrera le permitió mantener sus posibilidades, pese a que la diferencia con sus rivales se redujo a 18 y 19 unidades, respectivamente.
La debacle le llegó en la prueba final en la que van der Linde se lo llevó puesto y lo obligó a abandonar. Ese incidente y lo fácil que le fue a Götz ganar terminaron en una gran derrota para el joven de 19 años.