Desde hace unas horas el automovilismo argentino protagoniza una inusual situación ya que un conflicto gremial le ha impedido a un equipo ser parte de una competencia. La escudería afectada es el Pro Racing, que alista en el TC2000 los autos oficiales de Chevrolet.
La disputa llegó a tal punto que representantes de la delegación cordobesa el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) impidieron que los Cruze oficiales arribaran al circuito de Alta Gracia donde el Turismo Competición realiza la penúltima cita de su calendario. Esto ha dejado sin correr al campeón Agustín Canapino y Bernardo Llaver, uno de los aspirantes a la corona.
Todo pasa por una lucha económico-gremial que incluiría diferencias en los pagos que se les hacen a los trabajadores en concepto de viáticos, diferencias con la empresa por temas de salud física y bienestar de los mecánicos que viajan fuera de la provincia e incumplimiento de la cuota sindical.
“Todo esto es un combo que venimos discutiendo desde principio de año y que se acentuó mucho en julio”, reconoció Leonardo Almada, vocero de SMATA Córdoba a Cadena 3 Motor.
“La autoridad de aplicación en la provincia, el Ministerio de Trabajo, está al tanto de lo que está ocurriendo. Ante la no respuesta se llegó a esta situación de generar un párate a los efectos que no saquen los autos para las carreras del fin de semana”, agregó.
Pero esto no quedaría en un enfrentamiento entre SMATA Córdoba y el Pro Racing. Según trascendió el gremio pretendería que todos los equipos afincados en Córdoba firmen un convenio para reglamentar la actividad.
Dentro de esa reglamentación está el pago del 100% de las horas extras y que los mecánicos no trabajen más de ocho horas en las carreras, algo imposible de cumplir en el automovilismo debido a la propia dinámica del deporte motor.
Si el objetivo de SMATA se concreta la reglamentación podría aplicarse a todos los equipos del país.