En 2014, Luca Cordero di Montezemolo, entonces presidente de Ferrari, reveló que estaba negociando él mismo el fichaje de Ayrton Senna cuando el brasileño sufrió su accidente fatal en Imola. Y explicó que si no hubiera sucedido aquella tragedia, “habría terminado su carrera en Ferrari”.
“Quiso venir a Ferrari y yo quería que viniera al equipo. Cuando estuvo en Italia, para disputar el Gran Premio de San Marino, nos reunimos en mi casa de Bolonia un miércoles 27 de abril”, confesó Montezemolo.
“Me dijo que apreciaba mucho la posición que habíamos adoptado contra el exceso del uso de las ayudas electrónicas para el pilotaje, que no dejaban ver realmente el valor real de cada piloto. Hablamos durante un buen rato y me dejó claro que quería terminar su carrera en Ferrari, después de haber estado cerca de unirse a nosotros unos años antes”, agregó el ejecutivo.
“Quedamos en volver a reunirnos pronto para intentar averiguar cómo podríamos superar las obligaciones contractuales que tenía en ese momento. Ambos estábamos de acuerdo en que, para un piloto como él, Ferrari sería el sitio ideal para continuar con su campaña, hasta ese momento brillante e incluso única. Por desgracia el destino nos robó a todos a Ayrton y a Roland Ratzenberger en uno de los fines de semana más tristes de la historia de la Fórmula 1”, se lamentó.
A la hora de recordar a Senna, Di Montezemolo alabó “su gentileza y su sencillez, casi timidez”, cualidades que estaban en “absoluto contraste con el Senna piloto, un luchador siempre decidido a sacar el máximo”.
“Siempre aprecié el modo de correr de Ayrton. Como todos los grandes campeones, también él tenía un enorme deseo de ganar, nunca se cansaba de perseguir la perfección e intentaba mejorar constantemente. Era extraordinario en clasificación, pero también un gran luchador en carrera, siempre con el cuchillo entre los dientes”, aseguró el ex titular de la marca italiana.