Red Bull anunció con bombos y platillos su decisión de desembarcar en la industria automotriz a través de un hypercar al que bautizó RB17, siguiendo con la nomenclatura de sus monoplazas de la Fórmula 1.
El proyecto estará a cargo de Red Bull Advanced Technologies, el departamento de ingeniería de alto rendimiento de la marca austríaca, mientras que el máximo responsable será el ingeniero inglés Adrian Newey, quien diseñó los monoplazas que le permitieron a RBR conquistar cinco títulos de pilotos y cuatro Copa de Constructores.
Newey ya tiene experiencia en los hypecar, como lo demostró con el Aston Martin Valkyrie. Aunque en esta ocasión tendrá la posibilidad de darle rienda suelta a sus ideas para que el RB17, que tendrá un motor V8 híbrido de 1.100 caballos, sea un digno referente en un mercado que mueve más de 15.000 millones de dólares.
Con este proyecto, el genio británico se sumará a un selecto grupo de ingenieros de la máxima categoría que han creado vehículos de producción.
El gran referente es el sudafricano Gordon Murray, “padre” del McLaren F1 que el equipo de Woking produjo entre 1992 y 1996 y que en su momento fue toda una revolución. Alejado de la competición, Murray le dio forma a su propia compañía: Gordon Murray Automotive. En la actualidad produce el GMA T.50 al que pronto se le sumará el GMA T.33.
Su compatriota Rory Byrne, cuyos autos ganaron siete campeonatos de pilotos y constructores con Benetton y Ferrari gracias al talento del alemán Michael Schumacher, también ha tenid su experiencia en el mundo de los súper autos.
Su conocimiento en diseño y materiales compuestos fue bien aprovechado por Ferrari para crear LaFerrari, un superdeportivo híbrido eléctrico de edición limitada producido por el fabricante italiano entre 2013 a 2018.
El grupo lo completa Steve Nichols, quien creó el exitoso McLaren MP4/4 junto a Murray. El inglés también fundó su propia empresa, Nichols Cars, y este mismo año presentó el Nichols N1A, una interpretación moderna del legendario McLaren M1A de la década de 1960.