El autódromo de Toay fue escenario de un incidente que sacudió al automovilismo argentino. Ocurrió cuando en plena primera serie del TC Pista, la categoría telonera del Turismo Carretera, Mario Valle y Juan Ignacio Maceira protagonizaron un choque que estremeció a los espectadores.
Antes de que se completara la primera vuelta, Valle perdió el control de su Chevrolet, que se deslizó y quedó atravesado en la pista. El miedo se apoderó de todos al contemplar la peligrosidad de un golpe lateral, uno de los más temidos en el mundo del automovilismo, especialmente si afecta el lado izquierdo, donde se ubica el piloto.
La maniobra de Valle bloqueó la visión del resto de los competidores, algunos de los cuales no lograron reducir la velocidad a tiempo, como fue el caso de Maceira, cuyo Ford colisionó violentamente contra el vehículo de Valle. Aunque el impacto se produjo en la parte frontal y del lado derecho, no fue menos contundente. Afortunadamente, ninguno de los dos involucrados sufrió lesiones de gravedad.
ADVERTENCIAS IGNORADAS
El incidente en Toay no hace más que confirmar las advertencias realizadas tras eventos similares en el pasado. En la fecha anterior del TC en Neuquén, un choque entre Julián Santero y Facundo Chapur dejó en evidencia la fragilidad de la seguridad en el universo teceísta.
Rubén Daray, ex piloto y responsable de Todo Motor, había señalado el peligro latente de que tragedias como la de Guido Falaschi se repitieran. “El accidente de Falaschi está a un milímetro de volver a ocurrir”, advirtió Daray en una entrevista con Automundo.
Rubén Daray: “El accidente de Falaschi está a un milímetro de volver a ocurrir”
El accidente en Toay durante el TC Pista es una nueva llamada de atención. La seguridad debe ser una prioridad absoluta y los sucesos como este subrayan la necesidad de implementar medidas más estrictas para proteger la integridad de los pilotos y espectadores.