Si sos un entusiasta del deporte motor y la industria automotriz, seguramente has escuchado hablar de Tom Walkinshaw Racing. Esta legendaria firma de ingeniería de alto rendimiento está a punto de iniciar una nueva etapa como constructor de automóviles exclusivos, reviviendo la misma pasión y ética que convirtieron al TWR original en un icono.
UN ICONO EN LA INGENIERÍA DE ALTO RENDIMIENTO
Tom Walkinshaw, una figura influyente tanto en el mundo de las carreras de automóviles como en la industria de los vehículos de alto rendimiento, fundó el TWR original en 1975. Durante casi tres décadas, creó algunas de las máquinas más icónicas y exitosas que el mundo de la ingeniería de alto rendimiento jamás haya presenciado.
TWR desempeñó un papel clave al despertar el interés por el automovilismo en numerosos fabricantes de automóviles líderes. El Rover Vitesse, Holden Commodore, Mazda RX-7 y el Volvo 850 Estate fueron algunos de los tantos autos que fueron preparados por la compañía británica.
Además, TWR dejó su huella en proyectos de automóviles de carretera como el Aston Martin DB7 y el Renault Clio V6, cuya existencia se debe al trabajo pionero y la persuasión de Tom Walkinshaw.
Jaguar es otro de los fabricantes que ha mantenido una duradera y exitosa relación con Walkinshaw. Juntos produjeron el famoso XJS, que ganó tanto el Campeonato Europeo de Turismos de 1984 como el Bathurst 1000 de 1985. Los proyectos TWR-Jaguar más legendarios fueron la sucesión de monstruosos diseños de Jaguar XJR Group C ganadores en Le Mans.
La genética de estos autos se utilizó para crear lo que posiblemente sean los autos de producción de Jaguar definitivos, con una fuerte participación de TWR en la creación del XJ220 y el XJR-15.
EL PASO POR LA FÓRMULA 1
Tom Walkinshaw también estuvo involucrado en la Fórmula 1 entre 1992 a 2002. Ingresó como director de ingeniería de Benetton y jugó un papel decisivo en el desarrollo del coche que llevó al alemán Michael Schumacher a su primer título en 1994. Una pelea con el jefe de Benetton, Flavio Briatore, hizo que Walkinshaw pasara a ocupar un puesto como director del equipo en Ligier, que había sido adquirido por el team-manager italiano.
Después de un intento fallido de comprar Ligier, Walkinshaw compró una participación mayoritaria en Arrows en 1996. Al año siguiente, Arrows sorprendió al mundo al fichar al campeón mundial Damon Hill e introducir los neumáticos Bridgestone en la categoría. Aunque el equipo estuvo a punto de ganar el Gran Premio de Hungría de 1997, Arrows siguió teniendo problemas para atraer patrocinio. Eso trajo problemas a TWR, que debió cerrar sus puertas en 2002 por problemas financieros.
EL RENACIMIENTO DE TWR
Ahora, el famoso nombre de TWR regresará, acompañado de la misma visión y determinación que convirtieron a la compañía original en un gigante internacional.
Guiados por Fergus Walkinshaw, hijo de Tom Walkinshaw, la nueva generación de TWR ya ha reunido un equipo técnico altamente capacitado. Siguiendo la tradición de la firma original, TWR se propone convertirse en un constructor de automóviles de alto rendimiento a medida de clase mundial, con el objetivo de empujar los límites de la ingeniería de alto rendimiento, al tiempo que colabora con marcas líderes para maximizar el potencial de sus productos.
“Me llena de orgullo que el nombre de TWR viva para las generaciones futuras. La ingeniería de alto rendimiento corre en la sangre de la familia Walkinshaw, y desde que el TWR original cerró sus puertas, he anhelado encontrar una forma de continuar el legado familiar. A través de esta nueva versión de TWR, no solo podemos celebrar la historia y el patrimonio del TWR original, sino también llevar nuestros proyectos más allá de lo que jamás imaginamos”, afirmó Fergus Walkinshaw.
“Hemos buscado en los mundos de la ingeniería de alto rendimiento y el automovilismo para reunir un equipo técnico increíblemente talentoso, incluyendo algunos miembros que formaron parte del TWR original, lo que añade profundidad a nuestro conocimiento y experiencia. Desde esta base, TWR puede avanzar hacia un futuro prometedor”, concluyó el heredero de Tom Walkinshaw.
Esta nueva generación de TWR es, ante todo, una empresa de ingeniería que fabricará automóviles en lugar de una fábrica de automóviles que haga ingeniería. Esta distinción es crucial. Utilizarán tecnología de vanguardia, combinando nuevas habilidades con la artesanía tradicional para construir productos de clase mundial que reflejen la esencia de esta nueva etapa de la compañía.
TWR se propone construir automóviles impresionantes e innovadores, sin las limitaciones impuestas por los manuales de estilo y las demandas de los fabricantes de equipos originales.