La edición de 1992 del Rally París-Dakar prometía ser una fiesta única en la historia de la exigente carrera. Con inicio el 23 de diciembre de 1991 en el Castillo de Vincennes, en París, y destino final en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, los participantes se embarcarían en un desafío sin precedentes a lo largo de 12.747 kilómetros.
La ruta abarcaba 10 países, desde Libia hasta Namibia, atravesando desiertos, sabanas, junglas y estrechas pistas, representando un hito al no concluir en el tradicional Lago Rosa de la capital de Senegal.
Con 22 etapas, la competencia se convirtió en una odisea donde la incertidumbre reinaba, pese al debut del GPS. Los organizadores apenas tenían control, añadiendo un toque de aventura y, en ocasiones, desamparo. La travesía ofrecía una experiencia única, marcada por la imprevisibilidad. Largaron 332 vehículos y llegaron a la meta 169 (68 coches, 45 motos y 56 camiones).
En Namibia, la carrera se topó con un desafío inesperado: un río crecido bloqueaba el paso. El francés Stéphane Peterhansel, en su quinta participación, se destacó como uno de los primeros en superar la trampa de agua y fango. Sin embargo, Danny Laporte y su Cagiva se quedaron en el camino, alertando a los demás motociclistas sobre la inviabilidad del cruce.
Ante el obstáculo, Gilbert Sabine, padre de Thierry Sabine y responsable de la prueba, tomó una decisión radical. Neutralizó la etapa y aerotransportó las tres motos que lograron superar el río de nuevo a la orilla. La valentía de Peterhansel se vio recompensada, llevándose su segundo Dakar como piloto Yamaha.
En la categoría de autos, una impresionante tormenta de arena marcó el destino. Pero eso no impidió el 1-2-3 de Mitsubishi, que así logró un resultado histórico. El francés Hubert Auriol (foto) lideró el podio seguido por el alemán Erwin Weber y el japonés Kenjiro Shinozuka. Auriol, ganador en motos en 1981 y 1983, se convirtió así en el primer piloto en triunfar en dos categorías diferentes.
Pero los difíciles caminos no fueron los únicos escollos de los participantes para llegar a la meta: Una amenaza de rebeldes del Chad obligó a la organización a neutralizar la séptima etapa entre NGuigmi y N’Djamena…
Etienne Lavigne, entonces responsable de la competencia, contempló repetir la gesta de 1992 en Latinoamérica. Conocido como El Dakar del Pacífico se proyectaba como un ambicioso recorrido desde Colombia hasta Argentina y con escalas en Ecuador, Perú y Chile. Sin embargo, el proyecto nunca se concretó.
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Sería fabuloso que la organización del Dakar revise la posibilidad de hacer el Dakar del Pacífico que pensaba Lavigne.
En 1948 el Turismo de Carretera realizó la competencia conocida como La Buenos Aires – Caracas, de la que se habla hasta la hoy.