La decisión de los organizadores del Mundial de Resistencia (WEC, por sus siglas en inglés) de cambiar el reglamento técnico para integrar al IMSA de Estados Unidos comienza a dar sus frutos. Es que a Toyota y Peugeot, que correrán con los LMH híbridos, se sumará Porsche, que decidió volver al torneo y a las 24 Horas de Le Mans en 2023 con un LMDh, un vehículo basado en los actuales LMP2.
“La nueva categoría LMDh nos permite luchar por las victorias generales con un sistema híbrido en los clásicos como Le Mans, Daytona y Sebring. El proyecto es extremadamente atractivo para Porsche. Las carreras de resistencia son parte del ADN de nuestra marca”, afirmó Oliver Blume, jefe máximo de la casa de Stuttgart.
“Por primera vez en más de 20 años, será posible luchar por victorias generales con vehículos idénticos en carreras de resistencia en todo el mundo. Además, la nueva categoría LMDh se centra en una alta rentabilidad”, agregó el ejecutivo.
Las reglas de LMDh se basan en un chasis actualizado de la actual clase LMP2 con una especificación estandarizada para el sistema híbrido, incluida la electrónica. Los participantes pueden elegir entre cuatro fabricantes diferentes como Oreca, Multimatic, Ligier y Dallara.
La clase LMDh también cuenta con un sistema híbrido estandarizado de 50 bhp fabricado por Williams Advanced Engineering, electrónica de control de Bosch y una caja de cambios construida por Xtrac, todo lo cual debería ayudar a limitar los presupuestos anuales.
La principal contribución de Porsche al nuevo proyecto será el motor de combustión, cuya configuración aún no fue confirmada (no se descarta que esté basado en un impulsor de serie). La potencia máxima combinada tendrá un límite de 680 CV para un prototipo de automóvil deportivo que pesa 1.000 kg.
La decisión de Porsche, que ganó 19 veces Le Mans, coincide con la de Audi, otra marca del Grupo VW; que también intención de volver al WEC donde dejó su sello con 13 éxitos en la pista de La Sarthe.