Casi sin darnos cuenta hemos automatizado diferentes procesos vinculados a todo cuanto nos rodea y lleva baterías: nos la pasamos mirando cuánta carga tiene, si tenemos con nosotros el cargador correspondiente y antes de dormir nos ocupamos de dejarlo recargando para tenerlo listo por el día siguiente.
El celular y la laptop son parte de esta rutina diaria pero poco a poco también se le sumaron otros elementos, incluidos monopatines, bicicletas y scooters. La movilidad se encamina a ser eléctrica y por ende a tener baterías y a enchufarse bastante seguido. ¿Qué debemos considerar para ayudar a su correcto funcionamiento y lograr una mayor vida útil?
“El promedio de vida útil en las baterías queda sujeto principalmente a la cantidad de ciclos de cargas y descargas que sufra la batería y no guarda una relación tan directa con el tiempo que tenga ese acumulador (o batería)”, sostiene Luz Valbuena, responsable de marketing de Acubat, que comercializa baterías para autos, motos, camionetas y camiones de su propia marca y de Varta, Moura, Willard y Bronco.
“Las baterías de plomo ácido -como las de las que equipan actualmente a los autos con motor a combustión- permiten unos 1.500 ciclos de vida, mientras que la tecnología de las baterías de litio -que se usan para los equipos de tecnología o los autos eléctricos- ofrecen una duración de hasta tres veces más”, explica.
El costo de las baterías de plomo es considerablemente menor a los de las de litio, además las de plomo tienen un peso mucho más alto, y esos son apenas algunos de los motivos por los cuales no hay una migración definitiva de un metal hacia el otro.
MOVILIDAD SUSTENTABLE: QUÉ TENER EN CUENTA
El reemplazo de la actual movilidad con motores a combustión hacia una más sustentable, que no genere gases de efecto invernadero, se está dando de manera paulatina a nivel global. Todo indica que en una primera etapa ambas convivirán, por ejemplo usando vehículos 100% eléctricos más chicos en las ciudades y cascos urbanos, como complemento del transporte urbano y de los autos “tradicionales”.
Por eso, quien esté pensando en adoptar algún tipo de vehículo alternativo debe considerar varias cosas, vinculadas a esta tecnología. “Quien esté pensando en subirse a la tendencia de scooters o bicicletas eléctricas debe tener en cuenta la distancia que va a recorrer, ya que la autonomía promedio suele ser corta (no mayor a 80 km. con una recarga) y varía en función del peso y la velocidad”, remarca Valbuena.
“Es más importante conocer el verdadero valor de la autonomía y los tiempos de recarga antes que los de velocidad máxima, así como corroborar fehacientemente que se puede recargar en cualquier lugar, en cualquier toma corriente de 220V”, añade.
Otro punto a tener en cuenta es si la batería es removible y si existe disponibilidad para su reemplazo, debido a que muchas veces no hay recambio para cuando llegue al fin de su vida útil; esto es algo que tal vez no se considera al momento de la compra y es muy importante porque aún este tipo de tecnología es nueva en nuestro país.
“Hay scooters eléctricos que llevan cuatro baterías de CPC (de Ciclo Profundo, con mayores ciclos de carga y descarga) y al momento de su reemplazo -aproximadamente tres años, dependiendo del uso- pueden llegar a costar $30.000”, advierte Valbuena. “Mucha gente viene y nos consulta si se puede reemplazar por baterías de moto -que son de plomo- y técnicamente sí, pero son menos eficientes y su vida útil puede llegar a ser de un año y medio”, finaliza.