El Mercedes-AMG One, que finalmente se presentó de manera oficial después de cinco años de trabajo, es el mejor ejemplo de cómo la tecnología desarrollada en la Fórmula 1 se puede aplicar a un superdeportivo. Lejos de tener las comodidades de otros vehículos de su clase, este hypercar ofrece todo lo necesario para sentirse un piloto de la máxima categoría, aunque para eso se deberá pagar 2,75 millones de dólares.
Por empezar, el corazón de este súper auto biplaza es el motor híbrido que Mercedes utiliza en la F.1. Se trata del V6 de 1.6 litros turbo acoplado a cuatro impulsores eléctricos que le permiten erogar 1.063 CV a 11.000 RPM (se limitó a este régimen para usar combustible normal). La potencia se gestiona con una transmisión manual de siete velocidades.
Gracias a tener un peso muy bajo de 1.695 kilos a través de un monocasco y una carrocería de fibra de carbono, el Mercedes-AMG One acelera de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos; de 0 a 200 km/h en siete segundos y tiene una velocidad máxima limitada de 352 km/h.
SEIS MODOS DE CONDUCCIÓN
Una vez que el conductor se acomoda en su butaca, que tiene un respaldo ajustable en dos posiciones (25° y 30°), adapta la pedalera a su gusto y se aferra al volante estilo F.1, solo necesita apretar el botón “start” y esperar unos segundos para disfrutar del Mercedes-AMG One.
El vehículo arranca en silencio al encenderse primero los motores eléctricos en el eje delantero. Paralelamente, los convertidores catalíticos se precalientan. Una vez que alcancen la temperatura correcta, recién se pondrá en marcha el motor de combustión y todo quedará listo para acelerar y elegir alguno de los seis modos de conducción disponibles.
Race Safe: programa estándar con modo de conducción híbrido bajo demanda y arranque totalmente eléctrico. Sólo cuando se requiere mayor potencia se enciende el motor de combustión.
Race: modo de conducción híbrido con estrategia de carga especial. El motor de combustión funciona de forma continua y puede cargar más la batería de alto voltaje para que siempre esté disponible toda la energía eléctrica.
EV: conducción totalmente eléctrica con una autonomía de 18 kilómetros.
Race Plus: solo para pista. Aerodinámica activa, reducción del chasis de 37 mm adelante y 30 mm atrás, mayor rigidez y gestión especial del rendimiento.
Strat 2: solo para pista. Tiene todas las características del modo Race Plus y suma un ajuste de suspensión aún más firme y plena potencia de todos los motores como una clasificación de Fórmula 1.
Individual: ajustes según preferencias personales para los modos de carretera.
AERODINÁMICA ACTIVA
La performance del Mercedes-AMG One también se mejora con la aerodinámica activa controlada hidráulicamente para aumentar la carga en los ejes delantero y trasero. En función de las preferencias del conductor y del programa de conducción seleccionado, hay tres configuraciones diferentes:
Autopista: en los programas de conducción Race Safe, Race, EV e Individual las aletas activas en el difusor delantero están extendidas y el alerón trasero, incluida la aleta, está replegado.
Track: en los programas de manejo Race Plus y Strat 2 las aletas del difusor delantero se pliegan para una mayor eficiencia del difusor delantero. El alerón trasero se extiende por completo, al igual que la aleta trasera. Las rejillas se abren para aumentar la carga aerodinámica en el eje delantero y para aumentar la presión negativa en los pasaruedas. Gracias a que el auto también reduce su altura, la carga aerodinámica total aumenta hasta cinco veces en comparación con los programas de conducción en carretera, dependiendo de la velocidad.
Race DRS: se puede activar con solo tocar un botón como en la Fórmula 1, en los programas de manejo en pista. La aleta trasera se retrae por completo y las alas se cierran. Aunque esto reduce la carga aerodinámica en un 20 por ciento, el Mercedes-AMG ONE alcanza altas velocidades aún más rápido. El DRS se puede desactivar manualmente o se desactiva automáticamente tan pronto como el conductor frena o se mide la aceleración lateral.
Todas estas funciones se controlan a través del volante, que es aplanado arriba y abajo e integra el airbag. La información más importante se muestra en la línea de visión en un display para que el conductor no se distraiga. Mientras que para garantizar una visibilidad trasera óptima, a pesar del alerón vertical en la parte trasera, el espejo interior se reemplaza por una pantalla que muestra imágenes en tiempo real.
Una vez que está todo listo, solo queda acelerar y disfrutar.