La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) está cobrando a los equipos y pilotos de Fórmula 1 una cuota de inscripción de casi 25 millones de euros para participar en el Mundial de 2023. Esto ha generado críticas por parte de algunos pilotos y equipos, quienes consideran que el monto es excesivo.
Según informes, el equipo Red Bull, actual campeón, paga una cifra cercana a los ocho millones de euros, incluyendo las tasas de la superlicencia de sus dos pilotos, el neerlandés Max Verstappen y el mexicano Sergio Pérez. Esto significa que Red Bull paga diez veces más que Williams.
El costo de la superlicencia es de 10.400 euros, más 2.100 euros por punto logrado en 2022. En cuanto a los equipos, la FIA exige una base de 585.660 euros y 5.854 euros por punto conseguido.
“Creo que es una cantidad absurda y desmesurada”, dijo Verstappen, en una entrevista con ServusTV. “No me parece bien que paguemos tanto. Eso no ocurre en otros deportes. Y además, cada vez hay más carreras, por lo que cada vez se consiguen más puntos”, explicó el piloto, pese a que su equipo debe hacerse cargo del gasto.
“En 2018, la Fórmula 1 tenía 21 carreras, sin sprints ni puntos extra por la vuelta rápida. Estos últimos regresaron en 2019, luego vinieron las sprints en 2021, y ahora hay 23 Grandes Premios previstos para este año. Son 443 puntos más esta temporada que en 2018, unos 900.000 euros más para las arcas de la FIA”, añadió el bicampeón.
Verstappen no es el único que se pregunta si la FIA está cobrando tanto para enriquecer sus cuentas. La Asociación de Pilotos (GPDA) aceptó en su momento un drástico aumento de las tasas de la superlicencia con la condición de que se pudieran utilizar para la seguridad. Max Mosley, entonces presidente de la federación, fundó el Instituto FIA con esa idea en 2004.
Bajo la dirección de Sid Watkins y Richard Woods, el instituto FIA realizó estudios y progresó en aspectos como el HANS, el Halo, los sensores de impacto y la base de datos de accidentes. Sin embargo, se disolvió a finales de 2016 y desde entonces los pilotos no han tenido la transparencia que les prometió primero Mosley y, de forma más reciente, Mohammed Ben Sulayem.