Un coche de ensueño, extremo, futurista, casi irracional y definitivamente bello, capaz de mantenerse en la memoria de cada apasionado del motor: ha pasado medio siglo desde que el Maserati Boomerang se presentó en el Salón de Ginebra de 1972. Se trataba de un concept car diseñado por el célebre Giorgetto Giugiaro y producido por Italdesign.
El Maserati Boomerang, cuyo prototipo hizo una aparición fugaz en el Salón del Automóvil de Turín de 1971, se construyó como una pieza única y se presentó durante el Salón suizo de 1972 como un modelo registrado y que podía funcionar perfectamente.
La base utilizada por Italdesign -el chasis y la mecánica al completo- fue un Maserati Bora, con un motor en posición central trasera de 8 cilindros dispuestos en V (90º) y 4.719 cc. La unidad podía desarrollar hasta 310 CV de potencia, consiguiendo una velocidad máxima de casi 300 km/h. Contaba con tracción trasera y una caja de cambios de cinco velocidades.
El coupé deportivo biplaza nunca llegó a producción. Sin embargo, dejó un legado de estilo que continuó presente no solo en las posteriores creaciones de Giugiaro, sino también en otros proyectos, inspirando a varios fabricantes de automóviles en Europa y Estados Unidos.
La originalidad del Boomerang, desde un punto de vista estético, quedó patente gracias a su forma de cuña, y sus líneas claras y atrevidas, que transmitían una imagen de penetración, potencia y velocidad.
El modelo fue diseñado a través de una línea horizontal que dividía el coche en dos volúmenes, con el parabrisas inclinado y el techo panorámico. Las ventanas de las dos puertas eran realmente originales, y venían intercaladas con una tira de metal. Los faros cuadrados retráctiles destacaban en la parte delantera, junto con las luces horizontales de la zaga.
Era extremadamente moderno también en el interior, donde la instrumentación del salpicadero quedaba integrada en un volante sin radios y los asientos tenían una posición muy baja.
La única unidad producida del Boomerang también se pudo ver en otros eventos internacionales. Fue pasando de mano en mano, contando con varios propietarios y siendo protagonista de varias subastas, además de ser utilizado en algunos anuncios publicitarios.
El Maserati Boomerang, considerado por muchos una auténtica obra de arte, fue una pieza revolucionaria capaz de influir en el diseño de coches posteriores. Así, continuó con la tradición de Maserati como una marca capaz de crear conceptos automovilísticos únicos, coches icónicos y vanguardistas, pioneros en tecnología y estilo.