El Gran Premio de Mónaco es una de las carreras más tradicionales de la Fórmula 1. De hecho, fue la segunda prueba que disputó la categoría en aquel campeonato de 1950, el primero de su historia. Esa carrera, disputada el 21 de mayo de aquel año, fue ganada por alguien que estaba destinado a conseguir grandes cosas en la especialidad: Juan Manuel Fangio.
En las difíciles calles del Principado el Chueco demostró su talento y astucia ya que se impuso después de esquivar a un grupo de autos que estaban amontonados en la curva Tabac tras un accidente múltiple.
Fangio, que corría para el equipo oficial Alfa Romeo, había llegado a Montecarlo con el objetivo de tomarse revancha de su abandono en el circuito inglés Silverstone, donde la división había comenzado la temporada el 13 de mayo.
El gran tiempo que logró en la clasificación demostró que era el candidato a la victoria. Completó la vuelta al trazado de 3.180 metros en 1m50s2/10 y le sacó 2.6 segundos al italiano Nino Farina, su compañero. Esa diferencia aún se mantiene como la más amplia entre el poleman y su escolta en este singular trazado.
El balcarceño no tuvo problemas en mantener el primer puesto en la largada y se colocó al frente del pelotón. Después de pasar por Tabac, antes de completar el giro inicial, a sus espaldas se produjo un aparatoso accidente que tuvo como protagonistas a nueve de los 20 pilotos que largaron.
El viento había arrojado una ola sobre el asfalto y solo Fangio consiguió pasar. Farina perdió el control de su auto, pegó contra el muro y quedó detenido en medio de la pista. El italiano Luigi Villoresi (Ferrari) superó a su compatriota, pero no ocurrió lo mismo con José Froilán González. El argentino golpeó contra el vehículo de Farina y en el impacto el depósito de su Maserati se dañó y derramó combustible, algo que provocó un caos.
Fangio estaba ajeno a esos hechos. Sin embargo, su perspicacia le permitió reducir la velocidad a tiempo y pasar lento por el lugar esquivando los autos amontonados. ¿Cómo se dio cuenta? Notó que el público miraba hacia la curva de Tabac y no le prestaba atención a él. Inmediatamente recordó una foto que había visto de un accidente en ese mismo lugar de una carrera anterior y supo que allí había sucedido algo.
“Un banderillero mostraba la bandera amarilla, de precaución; pero frené como si me hubieran mostrado la bandera roja, que significa detención de la actividad en la pista. Bajé los cambios e hice todo lo posible para parar el coche a tiempo. Un segundo más tarde y no lo habría logrado… Llegué al lugar del accidente, pasé muy despacio, esquivé los autos y logré continuar”, contó Fangio tiempo después.
Luego de más de tres horas de carrera, el argentino cruzó la meta primero con una vuelta de ventaja sobre el italiano Alberto Ascari (Ferrari) y dos sobre el local Louis Chiron (Maserati).
Ese triunfo le permitió saltar al primer puesto del torneo y compartir el honor con Farina, quien finalmente se consagró campeón. El argentino tuvo su desquite en 1951 y luego repitió en 1954, 1955, 1956 y 1957.
El Quíntuple consiguió 24 éxitos en la categoría y el primero fue en este pintoresco y difícil circuito y de una manera especial. A la altura de su leyenda.
GRAN PREMIO DE MÓNACO DE 1950
POS. | PILOTO | EQUIPO | VTAS. | TIEMPO/DIF. |
1 | Juan Manuel Fangio | Alfa Romeo | 100 | 3h13m18s7 |
2 | Alberto Ascari | Ferrari | 99 | a 1 vta. |
3 | Louis Chiron | Maserati | 98 | a 2 vtas. |
4 | Raymond Sommer | Ferrari | 97 | a 3 vtas. |
5 | Príncipe Bira | Maserati | 95 | a 5 vtas. |
6 | Bob Gerard | ERA | 94 | a 6 vtas. |
7 | Johnny Claes | Talbot Lago | 94 | a 6 vtas. |
PROMEDIO: 98,701 km/h. RÉCORD DE VUELTA: Fangio, 1m51s0 a 103,135 km/h.