El inicio de la pretemporada de la Fórmula E se vio ensombrecido por un voraz incendio en el circuito español de Valencia. Las llamas, que se originaron en el box de Williams, el proveedor de las baterías de los monoplazas eléctricos, obligaron a la cancelación de las pruebas programadas para el día de hoy.
La veloz actuación de los bomberos evitó heridos, pero una densa humareda y el olor a plástico quemado alarmaron a todos los presentes, que fueron evacuados hacia el estacionamiento cercano.
Los ensayos cancelados en la pista valenciana tenían como objetivo principal poner a prueba el sistema de recarga ultrarrápida en carrera, un nuevo hito tecnológico para la especialidad.
INCENDIOS EN OTRAS CATEGORÍAS ELÉCTRICAS
Este incidente no es el primero de su tipo en el mundo de las carreras eléctricas. El 14 de marzo de 2019 un incendio en el circuito de Jerez de la Frontera destruyó las motocicletas eléctricas de la categoría MotoE, que se preparaban para su debut como telonera del Mundial de Motociclismo.
Además, el 21 de julio de 2021, el Mundial de RallyCross vivió una situación similar en el circuito británico de Lydden Hill, donde el box del equipo SP One Racing se incendió, resultando en la pérdida de los Delta eléctricos de los pilotos franceses Guerlein Chicherit y Sebastien Loeb.
A pesar de los recaudos tomados por los campeonatos eléctricos, estos incidentes recurrentes deberían encender la luz de alerta tanto en los organizadores como en las autoridades.
La seguridad en torno a las tecnologías de vehículos eléctricos y sus sistemas de carga se ha vuelto más crítica que nunca. ¿Están las regulaciones y protocolos de seguridad a la altura de estos desafíos tecnológicos? Es una pregunta que ahora pesa en la mente de todos los aficionados a raíz de estos incidentes que son cada vez más comunes.