La historia del Nordschleife, la sección norte del circuito alemán de Nürburgring, es ampliamente conocida por los fanáticos del automovilismo, pero pocos conocen la de su hermana menor, la sección sur llamada Südschleife.
La construcción de todo el complejo se inició en 1925 y llevó dos años. Fue financiada por el gobierno alemán y por la Asociación de Automóviles del Rhin en plena época de la República de Weimar.
El objetivo era crear una pista de carreras que pudiera atraer a los mejores pilotos del mundo y que fuera lo suficientemente desafiante como para poner a prueba sus habilidades y la resistencia de sus vehículos. A cargo del proyecto estuvo el arquitecto alemán Gustav Eichler.
El circuito se inauguró el 18 de junio de 1927 con una carrera de motocicletas que atrajo a más de 40.000 espectadores y que fue ganada por Toni Ulmen sobre una Velocette inglesa de 350 cc. Al día siguiente se hizo una competencia de autos y el vencedor fue Rudolf Caracciola con un Mercedes-Benz K sobrealimentado.
GESAMTSTRECKE, 28 KILÓMETROS DE ADRENALINA
La combinación de las dos pistas, Nordschleife y Südschleife, se conocía como Gesamtstrecke (distancia total). Tenía 28,290 kilómetros de extensión, 174 curvas y un ancho promedio de entre 8 a 9 metros.
El Gesamtstrecke fue escenario de tres Grandes Premio de Alemania entre 1927 y 1929. Otto Merz (Mercdes) ganó en el ’27, Caracciola y Christian Werner (Mercedes) compartieron el triunfo en el ’28; mientras que el monegasco Louis Chiron (Bugatti) celebró en el ’29.
Durante aquellos años ambas pistas se utilizaron en igual medida, pero a partir de 1931, la Südschleife de 7,747 km se destinó a eventos de motocicletas y Fórmula 2 debido a su menor longitud y complejidad.
Recién entre 1965 y 1971 ambas secciones volvieron a utilizarse juntas para la Maratón de la Ruta o las 84 Horas de Nürburgring, como conocimos en la Argentina a esa competencia.
SÜDSCHLEIFE, TAN TEMIDO COMO NORDSCHLEIFE
Pese a su corta distancia, Südschleife era tan temido por los pilotos como el Nordschleife debido a sus rápidas curvas, algunas de las cuales se desplazaban hacia el exterior o se estrechaban. Los árboles y las hileras de arbustos hacían de barrera de seguridad en lugar de muros de contención.
“Difícil de conducir y fácil de morir”, llegó a decir el austríaco Jochen Rindt sobre el Südschleife. Y pudo comprobar sus palabras con hechos ya que fue protagonista de un espectacular accidente en 1967 cuando se disputaba allí la tercera fecha del torneo de F.2. Pese a los magullones que sufrió en el incidente ocurrido en los entrenamientos, Rindt corrió y ganó en medio de una tormenta de nieve.
Después de la construcción del circuito Grand Prix en 1982, la entrada a Südschleife desapareció y actualmente solo quedan fragmentos de su trazado original como la carretera L93 que serpentea por el oscuro bosque en dirección a Müllenbach, con un desnivel de 153 metros entre el inicio y el final de la pista.
Aunque la Südschleife ya no se utiliza sigue siendo un lugar fascinante para los fanáticos de la historia del automovilismo. El récord de vuelta absoluta lo mantiene Helmut Kelleners en un March 707 Can-Am, quien en 1970 completó la vuelta en 2m38s6/10 a una media de 175,85 km/h.