El 2021 señala la conmemoración del 60º aniversario del legendario modelo Renault 4L del que se fabricaron más de 8.000.000 de unidades a lo largo de tres décadas. Su historia comienza con la presentación a la prensa francesa el 28 de agosto de 1961 tras cinco años de desarrollo y miles de kilómetros de ensayos en climas extremos.
El R4 reagrupaba un compendio de soluciones tecnológicas innovadoras, tanto en materia de diseño, como de modularidad, tecnología mecánica y versatilidad dinámica. En primer lugar, se trataba de una carrocería Break montada sobre un chasis tipo plataforma, muy innovador conceptualmente, basado en la excelencia de la simplicidad.
Su arquitectura, con 3,6m de largo y 1,5m de alto, liberaba un gran espacio para los pasajeros y el maletero. Esto le permitía ofrecer un amplio habitáculo de cinco plazas y transportar al mismo tiempo un gran volumen de carga de hasta 480 litros. Por añadidura, el asiento trasero era abatible de manera muy rápida y sencilla, con lo que llegaba a ofrecer hasta 1,45 m3 de espacio disponible.
Gracias a la incorporación de una 5ª puerta tipo portón, con un gran ángulo de apertura, ofrecía una accesibilidad trasera excepcional, prácticamente inédita en su época, reforzando su carácter eminentemente práctico, modular y versátil.
En segundo lugar, se trataba del primer modelo compacto, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, en proponer motor y tracción delantera, a lo que sea añadía la suspensión independiente en el tren delantero, con todas las ventajas en términos de maniobrabilidad y precisión en la dirección que ello comporta, marcando la vía a futuros modelos de Renault.
El R4 proponía otros adelantos mecánicos muy útiles. Por ejemplo, estaba dotado de rótulas estancas, carentes de engrase, lo que incidía en un menor costo de mantenimiento. Otra solución, pionera en su segmento, fue el circuito de refrigeración cerrado y hermético, que incorporaba un líquido especial capaz de soportar las más bajas temperaturas. Ello significaba que ya no hacía falta reponer anticongelante en el líquido del circuito, operación frecuentemente inoportuna y con un costo asociado. El único mantenimiento real del coche era el cambio de aceite.
La introducción de reglamentaciones medioambientales internacionales más exigentes, a partir de enero de 1993, trajo como consecuencia, como sucedió con otros modelos de otras marcas, su final industrial, ya que era técnicamente inviable la introducción de los nuevos elementos de carácter obligatorio, como el catalizador. La última unidad producida del 4L salió de la cadena el 3 de diciembre de 1992.
Su larga y reconocida historia ha dejado como legado numerosos clubs de fans del Renault 4, y es habitual encontrar, aún a día de hoy, unidades de este legendario modelo en concentraciones de vehículos históricos luciendo su personalidad alegre e innovadora.