Con su carisma inigualable, Paul Newman demostró ser más que un simple actor de Hollywood. Detrás de las cámaras, su verdadera pasión se encontraba en el automovilismo, donde desafió los límites y conquistó la gloria en distintas disciplinas de las carreras.
Mientras otros actores solo se conformaban con interpretar papeles, Newman se lanzaba a la pista con determinación. Su récord es prueba de que no era simplemente un “piloto aficionado” que compraba su lugar en las carreras, sino un competidor tenaz y verdaderamente talentoso en diversas formas de competición.
LA PASIÓN QUE IMPULSABA SU MOTOR
Aunque la actuación era su profesión, la verdadera pasión de Newman eran las carreras de autos. Durante el rodaje de la película Winning en 1968, junto a su compañero Robert Wagner, aprendió los fundamentos de las carreras en la escuela de alto rendimiento de Bob Bondurant. Dos años después, regresó a la escuela para completar su entrenamiento.
Una placa de nogal negro certificaba su graduación y ocupaba un lugar de honor en la casa de Newman en Connecticut. Cuando se publicó un libro sobre Bondurant en 2007, el maestro le dedicó unas palabras a Newman en la portada interna, llamándolo “un gran amigo y piloto de carreras”, el máximo elogio para cualquier aspirante a corredor.
Newman no fue el único actor que incursionó en el automovilismo. La película Winning se estrenó tres años después de Grand Prix protagonizada por James Garner y dos años antes de Le Mans con Steve McQueen en el rol protagónico. Estas tres superestrellas continuaron compitiendo fuera de la pantalla, pero fue Newman quien logró el mayor éxito en diferentes formatos de carreras. Desde SCCA hasta Can-Am, desde Daytona hasta Le Mans (primero en su clase en 1979), Newman acumuló más trofeos de primer lugar y campeonatos nacionales que muchos famosos pilotos de carreras.
Devoto de su familia y de su esposa Joanne Woodward, cuando Newman se mudó de Hollywood a Westport, Connecticut, lo hizo para alejarse de la exigente escena social. Después de todo, este era un hombre que buscaba despedirse simbólicamente de su carrera en Hollywood en la década de 1990, incluso quemando su esmoquin en el proceso. Además, este cambio de residencia lo acercó aún más al Lime Rock Park, su circuito favorito, a solo una hora y media de su granja familiar.
UN ACTOR QUE BRILLÓ EN LA PISTA
Fue en 1986, el mismo año en que ganó su único Oscar como mejor actor, que Newman se alzó con la victoria en el podio de Trans-Am en su trazado predilecto. Repitió esta hazaña en 2003 y nuevamente en 2007, al volante de un Corvette en la clase GT1, luciendo el número del auto que reflejaba su edad. Esta referencia se había convertido en una tradición para el actor, con Paramount Pictures patrocinando un Mustang preparado por Jack Roush en el Rolex 24 en Daytona.
Vistiendo los colores de su última película, Nobody’s Fool, el auto número 70 se alzó con el primer lugar en su clase y el tercer lugar en general, un logro asombroso para cualquier septuagenario.
EL LEGADO DE PAUL NEWMAN
A medida que los pilotos envejecen, sus reflejos tienden a disminuir. Aunque el espíritu competitivo de Newman no disminuyó, su participación en las carreras parecía estar más centrada en ser dueño de equipo que en ser piloto.
En colaboración con Carl Haas, su antiguo rival de Can-Am, fundó en 1984 el Newman/Haas Racing. Durante las siguientes dos décadas y media, el equipo de carreras se llevó a casa ocho campeonatos asombrosos en CART, ChampCar e IndyCar, un récord que Newman lucía con orgullo en forma de anillos engastados de joyas.
El nombre de Paul Newman, que falleció en 2008 a los 83 años, quedó grabado en diversos campos, desde ser el origen del nombre de una galleta orgánica, la Fig Newman, acuñada por su hija Nell Newman; hasta tener una edición especial del Nissan Skyline Turbo, conmemorando su larga asociación con el fabricante japonés de automóviles. Hasta le puso su voz al personaje de Doc Hudson en la película Cars.
Siendo humilde por naturaleza, Newman solía decir: “No soy una persona muy elegante. Fui un esquiador torpe, un jugador de tenis desgarbado, un jugador de fútbol descuidado y un bailarín torpe, a excepción de Joanne. La única cosa en la que encontré gracia fue pilotando un auto”.
