Sin dudas, la temporada 2019 es significativa para Gabriel Rodrigo, el piloto hispano argentino que corre en la categoría Moto3 del Mundial de Motociclismo. Es que desde este año forma parte del Kommerling Gresini, uno de los equipos más importantes de la división promocional.
El arranque de Gabri no fue del todo bueno. Justo antes de la apertura del torneo en Qatar sufrió un accidente que terminó con su clavícula fracturada. Se operó inmediatamente y a los pocos días ya estaba en Losail arriba de su moto.
Terminó quinto el segundo entrenamiento, clasificó 12º y desde esa posición inició la carrera. Cruzó la meta en el 15º lugar, mucho para alguien que siete días antes había sido intervenido quirúrgicamente.
Las semanas que separaron las dos fechas iniciales del campeonato le vinieron perfecto al piloto de 22 años para seguir con su recuperación y llegar en mejores condiciones al Circuito Internacional del Termas de Río Hondo.
El buen medio mecánico y la experiencia que ya tiene Rodrigo en Moto3 permiten augurarle una buena actuación en una pista que ya el año pasado lo trató muy bien al terminar noveno tras partir tercero.
Aunque para muchos su “patriotismo” parece prefabricado y hasta oportunista, este hijo de un argentino y una uruguaya, insiste en que tiene a la Argentina en el corazón pese a haber nacido en Barcelona. Sus palabras son abaladas en los tonos de su casco y de su moto. En ambos sobresalen los tonos celeste y blanco pese a tener patrocinadores europeos y carecer del apoyo financiero del país al que ama representar.