La victoria de José María López en las 24 Horas de Le Mans dejó en un segundo plano la actuación del otro argentino que participó en esta emblemática prueba, la de Franco Colapinto, quien con solo 18 años le hizo frente a esta singular carrera por primera vez.
El piloto de Pilar, que desde hace un par de años está compitiendo en Europa y Asia, corrió en la LMP2 con un Aurus 01-Gibson del G-Drive Racing con el neerlandés Nyck De Vries y el ruso Roman Rusinov.
Tras unas primeras horas muy buenas, que le permitió al trío liderar en su clase y estar cuarto en la general, Colapinto, De Vries y Rusinov vieron la bandera a cuadros en el 7° lugar en su categoría y en el 12° puesto en el acumulado.
“Ha sido una semana increíble con muchos emociones. Qué experiencia tan maravillosa. Estoy muy agradecido de haber podido conducir aquí y hacer esta carrera con este equipo y con esta gente increíble”, afirmó Colapinto, que elogió el trabajo del equipo para poner un auto que se mostró competitivo desde el inicio de la actividad oficial.
“La carrera empezó bien; Nyck hizo unas primeras horas fuertes y luego me subí al coche. Después de unas cuatro horas estábamos en la primera posición. Más tarde, durante mi cuarta tanda, el coche que estaba adelante se dañó en la recta a 250 km/h y por desgracia no pude evitarlo”, explicó el novel piloto.
“Pensando en ello con calma debería haber anticipado que esto podía suceder, tomar más margen con el coche de delante, moverme a un lado antes, salir de la estela antes, etc. Desafortunadamente, perdimos nuestra carrera allí”, reconoció Franco.
“Los muchachos en el garaje hicieron un trabajo fantástico para volver a poner el coche en la pista y terminar la carrera. Las expectativas eran grandes y terminar fue muy decepcionante para todos. Desafortunadamente, no podemos hacer retroceder el reloj, por lo que debemos avanzar y aprender de lo que hice mal o de lo que podría haber hecho mejor”, completó Colapinto, quien más allá de lo sucedido demostró que tiene talento suficiente como para merecer revancha.