El mundo de la Fórmula 1 se ha visto sacudido por una polémica que revive uno de los episodios más oscuros de su historia: el Crashgate, como se conoce a los hechos producidos en el Gran Premio de Singapur 2008.
Este triste capítulo involucró un plan maestro del equipo Renault para hacer que Nelson Piquet Jr. sufriera un accidente deliberado, lo que permitió a Fernando Alonso ganar la carrera con una estrategia óptima.
Aunque Ecclestone y Max Mosley, presidente de la Federación Internacional del Automóvil estaban al tanto de lo sucedido, lo ocultaron para cuidar la imagen de la F.1. Todo salió a la luz en 2009 tras una confesión de Piquet Jr. y eso ocasionó una investigación de la FIA que terminó con multas y suspensiones, pero sin anular la carrera.
El Crashgate salió a la luz a principio de este año por una declaración de Ecclestone, quien admitió tanto él como Mosley se habían enterado de la estrategia antideportiva de Renault, pero prefirieron no hacer nada.
Esta confesión fue tomada por Massa para reclamar 15 años después la anulación de la carrera en la búsqueda de adueñarse del título que le ganó Lewis Hamilton por un punto. Sin el GP de Singapur, el brasileño hubiese sido el monarca por cinco unidades sobre el británico.
Ecclestone sugirió recientemente que Massa no pretende una justicia deportiva, sino que detrás de las acciones legales que inició hay “intereses financieros”. Massa no tardó en responderle, dejando claro que su objetivo principal es obtener el título de campeón de la temporada 2008. Además, ha insinuado que Ecclestone teme las revelaciones que podrían surgir durante el proceso legal relacionado con este escándalo.
“Ecclestone decidió decir algo solo después de ver la gravedad de nuestro caso y que no aceptaremos esta mancha en el deporte. Probablemente tenga miedo de todo lo que saldrá a la luz con los pleitos. No importa.”, le dijo Massa a Motorsport. “Como hemos dicho varias veces, nuestro objetivo es el trofeo. Continuamos nuestra batalla por la justicia en el deporte”, admitió el brasileño.
La polémica también ha llevado a Massa a intentar involucrar a Ferrari, su equipo de entonces; y, sorprendentemente, al propio Hamilton en el asunto. Estos nuevos giros en la trama solo añaden más intriga a un caso que parece estar lejos de resolverse.