Ganar las 500 Millas de Indianápolis es una de las metas que se ha propuesto el español Fernando Alonso con el fin de conseguir la Triple Corona, ese título honorífico que tiene el deporte motor y que se completa con los triunfos en las 24 Horas de Le Mans y el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1.
Alonso ya consiguió un par de triunfos en el callejero de Montecarlo en 2006 y 2007, cuando corría para Renault en la F.1; y también ganó dos veces la prueba de endurace con Toyota en 2018 y 2019.
La victoria en el mítico óvalo estadounidense es, hasta ahora, una deuda pendiente que espera saldar en 2020 en su tercera incursión en el legendario Indianápolis Motor Speedway.
Su estreno en la mítica prueba fue en 2017 junto al equipo de Michael Andretti y el apoyo de McLaren. Aunque el debut terminó con un abandono por una falla en el motor Honda, dejó una muy buena impresión gracias al quinto lugar en clasificación y a sus 27 vueltas en punta.
Volvió en 2019 y esta vez con McLaren, que le hizo un proyecto a su medida. O al menos eso intentó… El equipo de Woking no estuvo a la altura del compromiso y ni siquiera logró meter a Nano entre los 33 habilitados para largar.
Tras ese fiasco, Alonso pareció romper relaciones con la escuadra inglesa a la espera de conseguir un equipo competitivo y con mayor experiencia para tener una nueva oportunidad.
Todo estaba dado para volver al Andretti Autosport. Sin embargo, Honda vetó su ingreso. ¿El motivo? Aquella frase que disparó en el Gran Premio de Japón de 2015, cuando corría para McLaren, y con la que avergonzó a la marca nipona. Sí, aquel celebre “GP2 Engine” que dijo por la radio en comunicación con su ingeniero después de ser superado por el sueco Marcus Ericcson y su Sauber.
Se nota que los japoneses se tomaron su tiempo para el desquite porque en 2017 no tuvieron ningún problema con que Alonso corriera para Andretti en las Indy 500…
Es probable que en Honda ahora estén dolidos por los éxitos que el asturiano tuvo con Toyota, su marca rival, en el WEC o que hayan pensado que Alonso les tomó el pelo con la explicación que dio hace unas semanas en una entrevista a F1 Racing.
“Vino de un lugar de frustración y tal vez no debería haber dicho eso, pero no lo dije en las entrevistas de TV o en la conferencia de prensa”, explicó el piloto sobre su legendario mensaje. “Estaba hablando con mi ingeniero en una conversación privada (que fue transmitida). No estaba destinada a ser pública. Pero el motor andaba muy mal”, agregó.
Pero vamos Fernando… Si todos sabemos que las conversaciones de los equipos son grabadas para luego ser usadas en las transmisiones de la TV…
La cuestión es que con las puertas cerradas en Honda, Alonso tuvo que salir a buscar otro equipo que tuviera motor Chevrolet. Y el único en el que encontró un lugar fue McLaren…
Sí, en la Argentina diríamos “el que se quema con leche ve una vaca y llora”. Pero Alonso tuvo otras cosas en cuenta para cerrar trato con McLaren.
Después de la vergonzosa actuación que tuvo en las 500 Millas de 2019 el equipo inglés se asoció con el Schmidt Peterson, una estructura con gran experiencia en el IndyCar y con la que participará durante toda la temporada de la serie yanqui.
Obviamente, Alonso dice estar animado con este nuevo intento de tratar de igualar al inglés Graham Hill, el único piloto en la historia que ganó en Indianápolis, Le Mans y Mónaco. Pero la hora de la verdad llegará recién en mayo…
