Por esas cosas de la Fórmula 1, Nico Hülkenberg se quedó sin un lugar en la categoría a fines de 2019 cuando Renault decidió no renovarle su contrato y reemplazarlo por el francés Esteban Ocon. Así el treinteañero (nació el 19 de agosto de 1987 en Emmerich am Rhein) se quedó sin empleo y con un futuro incierto. Pero la pandemia de coronavirus le dio una nueva oportunidad y la supo aprovechar…
Hülkenberg llegó a la F.1 en 2010 con un palmarés admirable que le permitía ser señalado como una futura estrella. En 2005 fue campeón de la Fórmula BMW ADAC, en la temporada 2006/2007 se consagró en la A1 Grand Prix, en 2008 se coronó en la Fórmula 3 Euroseries y en 2009 hizo lo propio en la GP2 Series.
Con esos pergaminos Williams le decidió dar una oportunidad. Lamentablemente, el debacle del equipo de Grove ya se había iniciado y Hülk poco pudo hacer. Logró un sexto lugar como mejor resultado (Gran Premio de Hungría) y al término de ese año se marchó.
Para 2011 su manager Willi Weber le encontró lugar en Force India, pero para ser piloto de pruebas. Hülkenberg participó 14 sesiones libres de los viernes de Gran Premio y en 2012 se convirtió en titular. Con el equipo de Vijay Mallya en pleno crecimiento logró mejores resultados, como el cuarto puesto de en el GP de Bélgica. Aunque muchos aún recuerda su labor en el GP de Brasil cuando un toque al inglés Lewis Hamilton (McLaren), por el que fue penalizado, le sacó un triunfo que parecía seguro.
En 2013 dio un nuevo paso en su intento de afianzarse en la Máxima. Fichó para Sauber y volvió a quedar a las puertas de su primer podio al terminar cuarto en el gran Premio de Corea. Para 2014 tuvo un ofrecimiento de Lotus, pero decidió volver a Force India, extendiendo su estadía por tres temporadas con un contrato flexible que le permitió correr y ganar las 24 Horas de Le Mans de 2015 con Porsche.
En esta nueva etapa en la escudería india se mantuvo con regularidad en el Top 10, destacándose en el GP de Bélgica de 2016 con el cuarto puesto. Sin embargo al finalizar ese año, el germano volvió a pegar el volantazo y se marchó a Renault.
Su estadía en el Rombo no fue brillante, más que nada por los problemas de fiabilidad del coche. Apenas logró un par de quintos puestos como resultado destacados (GP de Alemania de 2018 y GP de Italia de 2019).
Para 2020, el team francés eligió reemplazar a Hülkenberg con Ocon y así el alemán se quedó sin una butaca. Pero su década de experiencia detrás del volante de un F.1 le permitió tener una nueva oportunidad.
Cuando el mexicano Sergio Pérez dio positivo de COVID-19, Racing Point (ex Force India) recurrió a sus servicios para correr las dos carreras en Silverstone. En el GP de Gran Bretaña no pudo largar por un problema mecánicos, pero en el GP 70° Aniversario tuvo su revancha: largó tercero y finalizó séptimo.
En el GP de Eifel la escudería de Lance Stroll lo llamó nuevamente -y de urgencia- para sustituir a su hijo Lance Stroll, afectado por una dolencia estomacal. Hülkenberg, que cuando recibió el llamado estaba tomando un café con un amigo en Colonia, no lo dudó y se fue hacia Nürburgring.
Salió a clasificar con un auto que no estaba acondicionado para él y poco pudo hacer: quedó último, pero el domingo salió con el cuchillo entre los dientes y tuvo un brillante desempeño que le permitió terminar octavo.
A base de predisposición, profesionalismo y, principalmente, talento, Hülkenberg logró en estas tres carreras el reconocimiento que no tuvo en años. Haas lo tiene entre sus favoritos para la temporada 2021 y hasta Red Bull le echó el ojo para sustituir al tailandés Alex Albon. De hecho, el neerlandés Max Verstappen ya le dio su aprobación al decir en reiteradas oportunidades que “es un piloto que merece estar en la Fórmula 1”…