
Si sos fan del motociclismo, seguro te habrás hecho esta pregunta más de una vez: ¿Por qué Argentina, con su rica historia en deportes de motor, no tiene un argentino en el Mundial de Motociclismo? Desde que el campeonato regresó al país en 2014, no hemos visto a un argentino nacido en esta tierra formando parte estable del certamen. Y eso no es casualidad.
Para entender esta ausencia, hay que remontarse a la época dorada de Sebastián Porto, el último compatriota con una campaña consolidada en el Mundial. Subcampeón de 250 cc en 2004, Porto fue la gran referencia del país hasta su retiro en 2006. Junto a él, Fabricio Perren tuvo algunas participaciones en la primera parte de la década del 2000, pero nunca logró asentarse. Desde entonces, el silencio.
UN GP SIN EMBAJADORES LOCALES

En 2014, Porto volvió fugazmente como wildcard en Moto2, más por la emotividad del primer Gran Premio de Argentina de la era moderno que por un verdadero regreso a la competencia. Y después, nada. O casi nada.
Aunque no hemos tenido pilotos nacidos en Argentina, algunos corredores con raíces argentinas han llevado nuestra bandera en el campeonato. Gabriel Rodrigo, originario de Cataluña, pero de padre argentino, compitió entre 2014 y 2022 en Moto3 y Moto2. Otro caso es el de Sean Dylan Kelly, estadounidense de nacimiento pero con ascendencia argentina, que participó en Moto2 durante 2022 y en algunas carreras de 2023, incluyendo el GP de Argentina. Más recientemente, Valentín Perrone, también catalán con sangre argentina, debutó este año en la categoría intermedia y también estuvo en Termas de Río Hondo.

Este fenómeno deja al descubierto una realidad incómoda: Argentina no está produciendo pilotos de nivel internacional. Si no fuera por la decisión de estos corredores de competir bajo la bandera albiceleste, el país ni siquiera estaría representado en el Mundial.
Paradójicamente, la relevancia que los medios de comunicación le suelen dar a estos pilotos con raíces argentinas lejos de contribuir a revertir la situación, termina ocultando el verdadero problema. Mientras se celebra la participación de estos corredores como un logro nacional, la crisis estructural del motociclismo argentino sigue sin resolverse.

¿POR QUÉ NO HAY PILOTOS ARGENTINOS EN EL MUNDIAL?
Si le preguntás a Porto, te lo dice sin vueltas: el problema es estructural. “No tenemos una base sólida, un campeonato nacional consolidado. Desde los ‘90 que no hay un torneo formativo serio en Argentina”, asegura. Sin un semillero propio, los pilotos deben buscar oportunidades afuera, y ahí entran en juego otros factores.
Uno de ellos es el dinero. Correr en Europa es extremadamente costoso, y sin un programa de apoyo real, los jóvenes talentos argentinos quedan fuera de la ecuación. “Los fabricantes priorizan a europeos o asiáticos”, dice Porto. La combinación de falta de infraestructura y barreras económicas deja a Argentina en desventaja desde la línea de largada.

Por otro lado, la falta de continuidad en los campeonatos nacionales ha dificultado la transición a nivel internacional. “Manejar una moto de Gran Premio se ha vuelto muy complejo. Si no formás a un chico desde los 8 o 10 años con la moto adecuada, es casi imposible engancharse después”, explica Porto.
OPCIONES QUE QUEDAN: BRASIL Y LA LATIN AMERICA TALENT CUP
La falta de una categoría formativa local empuja a los jóvenes a buscar alternativas en el exterior. La Latin America Talent Cup, un certamen para pilotos de 14 a 21 años con competencias en Argentina y Chile, se ha convertido en la única puerta de entrada para los pilotos de la región que sueñan con el MotoGP. Pero el torneo apenas cuenta con un puñado de participantes y está lejos de ser un semillero consolidado.
Otra opción, más viable, es Brasil. Ahí, el motociclismo es más fuerte y hay campeonatos bien organizados que podrían servir como trampolín. De hecho, actualmente hay una docena de argentinos que piensan que el motociclismo brasileño puede ser un gran trampolín…
Resulta paradójico que Argentina tenga una fecha en el calendario del Mundial de Motociclismo, pero no un piloto nativo en la parrilla. En un país donde el deporte motor es casi una religión, el motociclismo sigue en una especie de limbo.
Hasta que no haya un proyecto serio para la formación de talentos, la realidad seguirá siendo la misma: el Mundial de Motociclismo se correrá en Argentina, pero sin pilotos locales que defiendan la bandera en la pista. Y esa es una ausencia que duele.