Aston Martin vs. FIA: un error de papeleo desató una tormenta innecesaria
El equipo británico fue declarado culpable de una infracción menor al reglamento financiero, pero no superó el límite presupuestario. La FIA cerró el caso sin sanciones.
El paddock de la Fórmula 1 respiró aliviado. Durante días, los rumores apuntaban a que uno de los grandes equipos de la máxima categoría había roto el “cost cap” de 2024. Los dedos señalaban a Aston Martin. Sin embargo, cuando la Federación Internacional del Automóvil publicó finalmente su auditoría anual, la historia fue mucho menos escandalosa: el equipo de Silverstone no gastó de más. Simplemente, presentó sus estados contables con retraso.
UN OLVIDO ADMINISTRATIVO, NO UN EXCESO DE DINERO
Según la FIA, la infracción se debió a la “falta de presentación de las versiones firmadas de los estados financieros auditados” dentro del plazo establecido. En otras palabras: los papeles llegaron tarde.
El organismo aceptó las razones del equipo, que atribuyó el retraso a “circunstancias imprevisibles fuera de su control”, y destacó su buena predisposición para resolver el asunto. “No existe acusación ni evidencia de que Aston Martin haya buscado o obtenido ventaja alguna”, aclaró el comunicado oficial.
La FIA resolvió el caso mediante un Accepted Breach Agreement (ABA), un mecanismo que permite cerrar infracciones menores sin multas ni consecuencias deportivas.
LA SOMBRA DEL CASO RED BULL
El recuerdo del exceso presupuestario de Red Bull en 2022, que derivó en una multa millonaria y pérdida de horas de túnel de viento, sigue pesando. Cualquier sospecha, por mínima que sea, genera ruido. La demora en la publicación de los balances del 2024 reavivó esa tensión.
Pero el informe final fue claro: los diez equipos y los cinco fabricantes de motores cumplieron con el tope de gastos. El único error de la temporada fue el de Aston Martin, y fue puramente procedimental.
UN SISTEMA CADA VEZ MÁS ESTRICTO
El cost cap, que limita los presupuestos a unos 135 millones de dólares, se convirtió en una pieza central del nuevo orden financiero de la F1. La idea era nivelar el terreno de juego, pero también introdujo un nivel de burocracia que a veces roza lo absurdo: cada comprobante, firma o interpretación contable puede marcar la diferencia entre la legalidad y la sanción.
Para Aston Martin, el episodio llega en pleno proceso de expansión. El equipo invirtió en un nuevo campus tecnológico en Silverstone y prepara su salto cualitativo con la llegada de Adrian Newey para 2026. Evitar una polémica mayor fue tan importante como sumar puntos en pista.
Más allá de la falta, la FIA aprovechó para reafirmar su control sobre los equipos. El mensaje fue claro: no habrá tolerancia, pero sí contexto. La transparencia, al menos esta vez, se impuso sobre el escándalo.
La Fórmula 1 moderna ya no solo se define por décimas en la pista, sino también por decimales en los balances.
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