Bajo la presión de las normas anticontaminación cada vez más estrictas, los constructores automotores se fijan unos tras otros calendarios para dejar de utilizar los motores a combustión. En ese contexto Volkswagen anunció que dejará de vender vehículos de motor a combustión en Europa entre 2033 y 2035 para pasar a los coches eléctricos, aunque se dará más tiempo para ello en otros mercados, en especial China, anunció uno de sus responsables.
“Haremos que el conjunto de nuestra flota sea neutra en CO2 antes de 2050, como muy tarde. En Europa, abandonaremos el mercado de los vehículos de motor térmico entre 2033 y 2035”, explicó Klaus Zellmer, director de ventas de VW, en entrevista con el diario alemán Münchner Merkur.
Este abandono se producirá, “un poco más tarde en Estados Unidos y en China. En Sudamérica y en África, debido a la ausencia de condiciones-marco políticas y de infraestructuras, ello tomará más tiempo”.
Actualmente, Volkswagen ya ofrece dos vehículos completamente eléctricos: el ID.3, un mediano de cinco puertas que vende a partir de los 32.000 euros; y el ID.4, un SUV cuyo precio arranca desde los 37.000 euros y que podría llegar a la Argentina.
Además, la compañía planea sumar para 2022 otro modelo a su familia eléctrica: el ID.6, un sedán del segmento D construido sobre la plataforma modular MEB. Todo esto para lograr la meta de llegar antes de 2030 a una parte eléctrica en sus ventas europeas del 70%.
Más allá de la estrategia de electrificación de la compañía, Zellmer afirmó que VW seguirá invirtiendo en la mejora de sus motores de combustión, decisión que también abarca a los propulsores diésel.
El directivo consideró que el endurecimiento de la norma de emisiones de la Unión Europea para los motores diésel, conocidas como Euro 7 y que entrará en vigor en 2025, representa un reto especial: “Este tipo de propulsores seguirá siendo muy demandado por un buen tiempo, sobre todo entre los conductores que utilizan mucho el vehículo”.