El 21 de septiembre no solo marca el inicio de la primavera en la Argentina, sino que también se celebra el Día del Fotógrafo, una fecha que nos invita a reflexionar sobre el poder de la imagen en el mundo del automovilismo. Y qué mejor manera de hacerlo que recordando una de las fotografías más icónicas y emocionantes de la historia del deporte motor argentino: el Vuelo de Risatti.
Corría el 12 de agosto de 1950, en la Vuelta de Chaco, una carrera del Turismo Carretera que quedaría marcada para siempre en los anales de la velocidad. El protagonista indiscutible de ese día fue Ricardo Risatti, quien obtuvo su segunda y última victoria en esta prestigiosa competencia.
Pero no fue la victoria lo que hizo inmortal a Risatti en esa jornada. Fue su espectacular salto con su cupé a más de 150 km/h sobre un paso a nivel de la Ruta 11, justo antes de la rotonda de acceso a Resistencia, Chaco. Ese momento fue registrado por el fotógrafo Pablo Boschetti. La espectacular imagen recorrió el mundo y se la considera como todo un símbolo del Turismo Carretera de aquellos años.
Todavía hay gente que se pregunta a cuántos metros del piso voló Risatti. Algunos afirman que Risatti no voló más de 1,50 metros, aunque por la toma de la fotografía da la impresión de que ha sido mucho más.
El Vuelo de Risatti es una prueba irrefutable de que una imagen puede trascender el tiempo y convertirse en un legado que inspira a generaciones. Cada clic captura la esencia del automovilismo, donde la velocidad, la valentía y la emoción se unen en un instante eterno.