A principios de la década de 1960, Ford decidió crear un vehículo para una nueva generación de compradores jóvenes con el objetivo de contrarrestar el éxito de los coches europeos y la caída de las ventas del Ford Thunderbird. Después de varios meses de trabajo -y algún que otro prototipo descartado-, Lee Iacocca, el vicepresidente de la compañía, le dio el OK a un modelo que transmitía fuerza y deportividad.
Con el auto terminado el paso siguiente fue elegirle un nombre. La lista incluía a Cougar, Puma y Torino… Pero finalmente fue bautizado como Mustang, no por el caballo salvaje de las praderas sino por el avión de combate P-51 que peleó en la Segunda Guerra Mundial.
El Ford Mustang se presentó oficialmente en el Salón del Automóvil de Nueva York de abril de 1964 y causó una revolución. El mismo día de su lanzamiento se vendieron 22.000 ejemplares, que fueron parte de las 400.000 unidades que se comercializaron en el primer año.
El suceso del Ford Mustang motivó a marcas como Dodge, Chevrolet y AMC a crear autos como el Challenger, Camaro y el Javelin, respectivamente.
Solo un año después de la presentación del modelo en los Estados Unidos, el cordobés Oscar Cabalén importó un Mustang 289 para competir en el Turismo Mejorado. La inversión tuvo su rédito ya que el cordobés consiguió muy buenas actuaciones aprovechando las bondades del deportivo.
Su éxito más rutilante fue en el Gran Premio Internacional de Turismo 1966, una maratónica prueba dividida en seis etapas en la que se impuso con un acumulado de más de 33 horas y un promedio superior a los 124 km/h.
Para la temporada de 1967, Cabalen decidió concentrarse en el Turismo Carretera. Arrancó el torneo con un Falcon F-100, pero no logró los resultados deseados.
Aprovechando que el reglamento teceísta autorizaba los “híbridos” reemplazó al Falcon por el Mustang y lo colocó el mismo motor V8 de 275 caballos del auto que venía utilizando. Eso dio origen al Mustang F-100…
Cabalén mantuvo el aspecto exterior del “pony car”, algo que lo diferenció del Mustang de Vicente Sergio, quien junto a su preparador Ramón Requejo optaron por modificarlo usando soluciones aerodinámicas inspiradas en el Shelby Cobra. Sergio ya había demostrado el potencial del modelo al terminar noveno en la Vuelta de Pergamino de 1966.
El Turco disputó cinco carreras con el Mustang F-100 y su alegría más grande la consiguió el 18 de junio de 1967 en la 22ª Vuelta de La Pampa, competencia que organizó el Pico Fútbol Club de General Pico.
El cordobés tuvo una brillante actuación que le permitió conseguir la victoria. Con su Mustang F-100 fue intratable y le ganó por dos minutos de ventaja a Jorge Ternengo y por cuatro a Eduardo Copello, ambos con los Torino del equipo IKA regenteado por Oreste Berta.
Esa victoria, que en definitiva fue también la única de un Mustang en el TC, le abrió a Cabalén las puertas al Team Racing Ford Argentina.
Irónicamente, el 25 de agosto de 1967, solo un par de meses después de haber ganado con el Mustang, Oscar Cabalén perdió la vida mientras probaba uno de los prototipos creados por Horacio Stevens para la escudería del Óvalo.
