A poco más de un mes de presentar oficialmente el campeonato, los responsables del TCR South America trabajan con la mente puesta en su salida a la pista en 2021. Este certamen, que será fiscalizado por CODASUR, tendrá un primer torneo que constará de ocho presentaciones dobles que se realizarán en la Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.
“Seguimos trabajando en la parte organizativa, se está terminando de definir el tema de la televisión y también estamos armando las carreras… Trabajamos en la medida que nos deja esta situación del COVID-19”, le explicó Víctor Rosso, director deportivo de la flamante división, a Automundo.
“Me ha llamado mucha gente de diferentes categorías. Por supuesto, ahora están todos a la espera de qué pasa con sus sponsors y sus pilotos…”, apunta el cordobés en clara alusión a las consecuencias de la pandemia. No obstante, Rosso asegura que si el TCR South America iniciaría su primer certamen en breve lo haría “con 20 autos entre Chile, Uruguay, Brasil y Argentina”.
Su optimismo tiene que ver con el interés mostrado por diferentes equipos de la región por esta categoría que, según él, “es un boom mundial”. Y esto no extraña ya que el concepto del TRC es muy seductor porque utiliza autos de serie del segmento C, ya sea coupé o hatchback, de tracción delantera y motor turbo de 2.0 litros capaces de erogar 350 caballos.
El Cola Racing de Chile ya tiene un par de Hyundai i30 y aspira a tener otros cuatro autos de la marca coreana. En Brasil ya compraron dos Honda Civic Type R y también algunos Audi RS3. Y mismo Rosso tiene pensado importar algunos Civic Type R para seguir vinculado a Honda, como históricamente. También hay automotrices que se interiorizaron por este proyecto. Incluso hay una que está interesada en construir modelos TCR en la región para venderlo a otros países…
Este reglamento se emplea en 29 campeonatos en diferentes partes del mundo y en total hay 1.000 vehículos fabricados bajo esta normativa. “Es muy prematuro decir cómo va a terminar siendo todo, pero nuestra idea es replicar lo que hay a nivel mundial”, enfatiza Rosso.
Una de las claves de su suceso son los costos bajos y controlados. El precio de un TCR 0 km está fijado en 130.000 euros, es decir 146.000 dólares al cambio actual, y uno usado con una temporada a cuestas sale 60.000 euros (67.000 dólares). Como referencia, vale decir que construir autos para el Súper TC2000 o el Turismo Carretera tiene un valor que va de los 100.000 dólares a los 140.000 dólares.
La paridad también está asegurada con el Balance de Performance (BoP, por sus siglas en inglés), un sistema que equipara las prestaciones de todos los vehículos. “Podes correr con un Peugeot, un Alfa o un Fiat y hacerlo de igual a igual contra un Honda o con un Hyundai. Y eso es la ventaja que tiene esta categoría y por la cual creció tanto”, analiza el director deportivo.
Otro punto a favor es que el reglamento técnico se mantiene sin modificaciones durante tres años y que el trabajo de puesta a punto es acotado. Rosso, que tiene un equipo en el Súper TC2000 con cuatro autos, es palabra más que autorizada para hablar de las ventajas del TCR. “Yo tengo una fábrica completa… Somos más de 30 personas. Eso lo hace muy costoso. En una categoría como el TCR con un ingeniero de pista, el piloto y tres mecánicos, vas y corres. No te hace falta nada más porque el auto no lo tenés que construir, sino que te viene listo para ponerlo en la pista. Y no tenés que inventar nada. Nosotros también gastamos mucho dinero en los desarrollos por el tipo de reglamento que tenemos”.
En el contexto actual, la apreciación de Rosso toma mucho valor e incluso invita a pensar que en algún futuro el TCR South America sea la inspiración para un TCR Argentino. “Creo que al ser una categoría sudamericana no va a competir con las argentinas, pero para mi en un corto plazo nosotros (por el Súper TC2000) tendríamos que ir mutando para tener un reglamento similar porque lo nuestro se ha hecho muy caro y es difícil encontrar el presupuesto”.
Rosso, quien con su opinión no pretende buscar una polémica, aclara: “No habría que destruir nada. Sería un paso siguiente y mutar un reglamento para el lado del TCR. Sería hermoso tener un TCR Argentino…”