El TC2000 está viviendo una temporada llena de desafíos, especialmente con la inclusión de los autos que hasta el año pasado corrieron en el extinto TC2000 Series. Esta decisión, que se tomó con el objetivo de aumentar el parque automotor, ha generado un interesante duelo entre vehículos de diferente concepción.
Los TC2000 de vieja generación, que fueron construidos antes del 31 de diciembre de 2018 para el antiguo Súper TC2000, han demostrado tener una ventaja notable sobre la pista húmeda.
Así quedó reflejado en pasado fin de semana en Buenos Aires con los novatos Figgo Bessone (Renault Fluence/Axion Energy Sport) y Kevin Felippo (Toyota Corolla/Corsi Sport) que brillaron con estos vehículos, demostrando su capacidad para liderar la clasificación y pelear por posiciones destacadas en la carrera.
¿Cuál es el secreto detrás de este gran desempeño? La respuesta yace en su aerodinámica más eficiente, la cual les otorga un mejor rendimiento en ciertas condiciones, principalmente en las rectas.
EL MOTOR, LA CLAVE PARA ENCONTRAR PARIDAD
Para equilibrar las prestaciones entre los distintos tipos de autos, la categoría ha implementado ajustes en el mapa del motor de los viejos TC2000, reduciendo su potencia en comparación con las unidades de última generación.
Esta mixtura de vehículos de diferentes generaciones ha llevado a la necesidad de establecer un reglamento técnico específico para la temporada actual, el cual contempla la posibilidad de introducir cambios en uno o varios modelos, ya sea en el peso, el despeje al piloto o la aerodinámica, después de cuatro competencias con el objetivo de balancear su rendimiento
Este sistema, conocido como Balance de Performance (BoP), es similar al utilizado en el TCR y busca garantizar una competición justa y emocionante para todos los participantes.
Esta no es la primera vez que el TC2000 se enfrenta a un desafío de esta magnitud. En 1997, la categoría experimentó un avance tecnológico significativo al incorporar modelos de producción para el segmento C con motores de 2000 cm³ y 16 válvulas.
EL ANTECEDENTE DEL TC2000 LIGHT
Sin embargo, este avance supuso un desafío para aquellos pilotos que carecían del apoyo oficial de las terminales automotrices y debían lidiar con sus propios presupuestos para competir, además de contar en su mayoría con automóviles de la primera generación, con motores de entre 1.8 y 2.0 cm³ de 8 válvulas.
Ante esta situación, el TC2000 creó la clase TC2000 Light, con el fin de alentar a los pilotos con recursos limitados a participar con las unidades que tuvieran a su alcance.
En su primer año, esta división coronó como campeón Claudio Alonso con un VW Pointer, aunque la mayoría recuerda más el triunfo de Gustavo Tadei con su viejo Ford Escort en la última carrera del año en Rafaela.
La inclusión de los autos del TC2000 Series en la categoría ha añadido un nuevo nivel de complejidad, generando un interesante enfrentamiento entre la vieja y la nueva generación de autos. Tratar de equilibrar prestaciones para que las batallas sean justas en otro desafío para una categoría que intenta recuperar el brillo de los viejos tiempos.