El francés Sebastien Ogier se proclamó campeón del WRC por quinta vez consecutiva tras finalizar tercero en el Rally de Gran Bretaña, en el que se impuso su compañero británico Elfyn Evans.
Este éxito convierte a Ogier en el segundo piloto con más títulos en la especialidad detrás de su compatriota Sebastien Loeb, que logró nueve.
“Este año ha sido complicado, pero lograr esto al final es increíble. Hemos trabajado muy duro”, señaló el campeón entre lágrimas.
Para lograr el título antes de la última prueba en Australia, del 16 al 19 de noviembre, le hacía falta terminar con un margen de 31 puntos sobre sus dos últimos rivales, el belga Thierry Neuville (Hyundai) y su compañero estonio Ott Tänak.
Tercero en la carrera y cuarto en la Power Stage, Ogier acabó con 32 puntos de ventaja sobre Neuville, segundo en la general y ganador de la Power Stage, y 46 sobre Tänak, sexto.
El otro ganador del día fue Evans, de 28 años, que logró su primera victoria en la máxima competición. Hasta ahora contaba con cuatro podios en 62 carreras desde 2007.
El galés, único piloto local con opciones, figuraba entre los favoritos a la victoria gracias a sus neumáticos DMACK, desarrollados especialmente para la ocasión.
El M-Sport, el equipo de Ogier y Evans, logró su cuarto título de constructores (tras 1979, 2006 y 2007), el primero sin el apoyo oficial de Ford.
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