El circuito de Montecarlo es uno de los más especiales del calendario de la Fórmula 1. No solo porque está en el corazón del Principado de Mónaco, sino porque cualquier error se paga caro.
Es estrecho, no muy largo, con curvas complejas y está rodeado de guard-rails. Solamente los pilotos más avezados han logrado imponer su ley y de ellos, uno solo llegó a completar una vuelta que lo llevó a otra dimensión…
Esta es la historia de aquella pole position que logró el brasileño Ayrton Senna en el Gran Premio de Mónaco de 1988 en la que apabulló al francés Alain Prost, su compañero en el equipo McLaren, sacándole 1s427/1000.
Esa clasificación quedó en la historia del mítico callejero monegasco por tener la mayor diferencia entre el primero y el segundo en la era moderna de la F.1.