Hace una década, el constructor Héctor “Tito” Pérez tuvo un sueño: crear un auto de calle. En ese momento consiguió el apoyo del piloto Laureano Campanera y juntos emprendieron el proyecto del Donto P1, un deportivo para track days que por diferentes circunstancias no vio la luz. Pero eso no desanimó a Pérez, quien en 2015 le dio forma a su propia empresa: Rauda SA.
Estos siete años han sido durísimos para Pérez y su grupo de trabajo porque mientras desarrollaba el auto había incertidumbre sobre lo que sucedería con la Ley de Armado de Autos Artesanales, que finalmente fue reglamentada en 2018.
Pese a tener el OK de la normativa que permite patentar y circular con autos de baja serie en la Argentina -iniciativa que fue de los diputados Eduardo Amadeo y María Paula Bertol– se debió seguir trabajando en todos los permisos y requisitos necesarios para que el Rauda Díscolo pudiera conseguir la habilitación final.
Durante todo este proceso, Pérez y otros entusiastas de la fabricación artesanal de vehículos han contado con el apoyo de la Asociación de Constructores Independientes de Automóviles de la República Argentina (ACIARA).
Recién el 22 de julio de este año, Tito Pérez pudo ver el resultado de su esfuerzo cuando Rauda Automóviles y ACIARA lograron patentar al primer ejemplar del Díscolo, que de esta manera se convierte en el primer vehículo artesanal patentado bajo la nueva ley
“Fue imprescindible para todos estos trámites la excelente voluntad de los integrantes de la Agencia de Seguridad Vial y del DNRPA. Personalmente, creo que es un hecho histórico para la industria automotriz argentina”, resumió Pérez, en una carta difundida en las redes sociales de Rauda y en las que enumera a la gran cantidad de personas y empresas que lo ayudaron a hacer realidad su sueño.