➡ AUTOMUNDO EN PERÚ
No es una competencia más en Perú. Es “la” competencia. De hecho, los peruanos la llaman “la carrera madre” de su automovilismo. Su primera edición fue en 1966 y tomó como base aquellos Grandes Premios organizados por el Automóvil Club Argentino en la Argentina.
La propuesta original del Rally Caminos del Inca era unir toda la nación y pasar por las principales ciudades dividiendo el recorrido total en etapas que en algunos casos llegaban a los 1.000 kilómetros. Todo eso en una época en la que las carreteras eran tortuosas y exclusivamente de tierra, algo que se reflejaba en las 12 horas que podía durar una jornada detrás del volante.
A punto de cumplir cincuenta ediciones, este rally organizado por el Automóvil Club Peruano es fiel a sus orígenes, aunque se ha adaptado a los tiempos que corren. Los caminos de tierra se mantienen, pero ahora se transitan también sectores de “pista”, como los peruanos llaman a las rutas asfaltadas.
No hay jornadas de 1.000 kilómetros seguidos, pero las etapas –cinco tradicionalmente- están divididas en dos, tres y hasta cuatro pruebas especiales. La mayoría de los tramos cronometrados tienen más de 50 kilómetros y en varios casos superan los cien. El más extenso de la edición 2019 que está en plena disputa es la PE 17, entre Camaná y Marcona, con 339 kilómetros. Efectivamente, no debe haber en el mundo una competencia de este tipo con esos especiales tan largos.
El otro gran atractivo de esta prueba son los propios caminos peruanos. Sacando los sectores asfaltados, que fueron aumentando en número debido a las necesidades de la población, la mayoría son angostos senderos serpenteantes de ripio que no perdonan errores porque de un lado hay montañas y del otro, precipicios. A eso se suma la altura ya que en algunos tramos se llega a competir a más de 4.500 msm.
Los peruanos están orgullosos de su carrera y de la fiesta que hay entorno a ella. En las ciudades cabeceras se arman rampas para recibir y despedir a los competidores y hay personas esperándolos pasar en los lugares más recónditos del país.
El periodismo sigue la prueba muy de cerca con transmisiones diarias que se extienden por varias horas. Y siempre anuncian la llegada de los competidores al grito de “¡Coche a la vista!”, la popular frase que usaba Luis Elías Sojit en los GP’s argentinos.
El Rally Caminos del Inca no es una competencia más. Es la carrera madre del automovilismo peruano y, a la vez, una aventura única en su tipo.
DAKARIANOS EN PROBLEMAS
Fernanda Kanno y Alonso Carrillo, que representarán a Perú en el próximo Dakar, están viviendo en carne propia la dureza del Rally Caminos del Inca. En las dos primeras etapas penaron con los frenos, una falla no menor en una competencia con rutas estrechas y tortuosas. La dupla, que utiliza una camioneta Toyota similar a la que usará en Arabia Saudita, espera levantar la puntería en las jornadas siguientes. Al frente de la general tras Lima-Huancayo y Huancayo-Ayacucho está Carlos Castro Yangali con un Mitsubishi Lancer.
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