España tiene un nuevo ídolo al que adorar. Se trata de Álex Palou, quien se consagró campeón de la categoría estadounidense IndyCar tras una temporada que incluyó tres victorias y cinco podios. Al volante del coche número 10 del equipo Chip Ganassi Racing, el barcelonés de tan solo 24 años logró así un triunfo histórico y llevó al automovilismo español uno de los pocos cetros que faltaban en sus vitrinas.
A Palou le bastaba con ser duodécimo en Long Beach gracias a la amplia ventaja con la que llegó a la última cita del campeonato. Largó décimo con sus dos rivales por el título delante. El mexicano Pato O’Ward quedó fuera de la lucha por un toque; mientras que al estadounidense Josef Newgarden no le alcanzó con terminar segundo ya que el cuarto puesto que logró Palou lo catapultó indefectiblemente a la consagración.
“¡Qué temporada! No puedo creerlo. Estoy súper contento. Hemos trabajado muy duro. No conocía este circuito, pero el equipo me ha dado un muy buen coche y las estrategias adecuadas. Hemos sido muy regulares toda la temporada. Es increíble ser campeón. ¡Ahora quiero repetirlo!”, dijo Palou en su primera rueda de prensa como campeón de la IndyCar 2021.
“Estoy muy contento por ser el primer piloto español que consigue el título y espero no ser el último. Estoy seguro de que lucharemos por más Astor Cup (trofeo del vencedor de la Indycar) en el futuro. Esto abrirá muchos ojos en España y más gente descubrirá la IndyCar. Se van a enamorar de este campeonato”, agregó.
Palou debutó en la Indycar en 2020 con el equipo Dale Coyne Racing, al que sorprendió tras un brillante test en Mid-Ohio. Álex acababa de finalizar tercero en la Súper Formula Japonesa, también en su primera temporada, y su rendimiento había llamado la atención de Honda, proveedor del motor de su escudería (TCS Nakajima) y con la firma nipona comenzó también su aventura en América.
Su primer año en IndyCar, en el que llegó a clasificar séptimo en las 500 Millas de Indianápolis y subió al podio en Road America, fue clave para llamar la atención de Chip Ganassi Racing, una de las escuderías históricas de la serie.
El debut de Palou con Ganassi no pudo ser mejor. Ganó en Alabama, la primera cita de la temporada; y pronto comenzó a soñar con un título que todavía le parecía impensable. La lucha por la victoria hasta la última vuelta en las Indy 500, sumado a las victorias en Road America y Portland, y a un total de cinco podios, le han convertido en merecido campeón.
El español finalizó por delante de pilotos con muchísima experiencia y laureles como el propio Newgarden, el neocelandés Scott Dixon, el francés Simon Pagenaud o el australiano Will Power.
El triunfo del barcelonés es histórico para el automovilismo español, dado que ningún piloto de ese país lo había logrado antes. Antes de Palou, tan solo Oriol Servià, entre 2000 y 2013; y Fermín Vélez, entre 1996 y 1997; compitieron con cierta regularidad en la IndyCar o sus series predecesoras. Tan solo Servià (Montreal 2005, puntuable para la Champ Car) había ganado una carrera hasta la fecha. Mientras que Fernando Alonso tuvo esporádicas participaciones en las 500 Millas de Indianápolis y llegó a soñar con la victoria en 2017, pero un problema de motor se lo impidió.
Los éxitos de Palou no se entenderían – y probablemente, no existirían- sin la labor del tristemente desaparecido Adrián Campos. El ex piloto de Fórmula 1, fundador y dueño de Campos Racing, conoció a Palou cuando éste todavía competía en karting, una especialidad donde el joven piloto creía que permanecería durante décadas al no tener recursos suficientes para dar el salto a los monoplazas. Después de unas pruebas, Adrián aseguró que había visto en Palou un talento que podría ser equiparable al de otros pilotos con los que había trabajado, como Alonso o Antonio García.
Y, a la vista está, que no se equivocó. Campos le dio la oportunidad de correr en la Euroformula Open de GT Sport con su equipo, y en su primer año acabó tercero. Después pasó por la GP3 y por la Fórmula 3 Japonesa, donde también fue tercero.
Acumuló experiencia participando en carreras sueltas de campeonatos superiores como las World Series o la Fórmula 2, también corrió en Macao y en la Fórmula 3 europea, pero sin grandes resultados, con equipos del final de la tabla… hasta que volvió a hacer las maletas para marcharse a Japón y correr en al Súper Formula, una competitiva categoría con prestaciones superiores a la Fórmula 2 e inferiores a la Fórmula 1. Álex volvió a finalizar tercero, a solo 10 puntos del campeón, pero lo más importante es que formó una buena relación con Honda y pegó el salto al automovilismo estadounidense.
“Campos fue la persona que me llevó a los monoplazas. Yo iba a hacer otro año de karting. Ni siquiera pensaba que los monoplazas fueran una posibilidad y él me dio la oportunidad. Me empujó a entrar ahí, así que él debería estar muy feliz ahora. Creo que estaría muy, muy orgulloso”, recordó Palou.
Además del español, su equipo, Chip Ganassi Racing, también se ha proclamado campeón de IndyCar 2021, y Honda se ha confirmado como el motor a batir por cuarto año consecutivo y décimo en total, superando a Chevrolet por 163 puntos. Asimismo, Palou es el 18° piloto que gana el título de la IndyCar con motor Honda. El primero llegó hace justo 25 años, cuando Jimmy Vasser se proclamó campeón en 1996.