En la Fórmula 1 ya están trabajando en otro cambio técnico importante de cara al futuro: el de los motores. El objetivo es encontrar una motorización de bajo costo, que utilice una tecnología de punta y, al mismo tiempo, sea lo más ecológica posible.
Todo para conformar a la Federación Internacional del Automóvil (FIA), a las actuales automotrices involucradas en el Mundial, es decir Mercedes, Renault, Ferrari y Red Bull (preparará sus impulsores sobre la base de los Honda); y para aquellas que están interesadas en sumarse a la especialidad, como Audi y Porsche.
Cambiar las unidades de potencia es un paso importante, pero no sería tan radical como cuando se dejaron de usar los V8 de 2.4 litros en 2013 para utilizar a partir de 2014 los V6 turbo-híbridos de 1.6 litros. De hecho, existe la alternativa de mantener esta motorización con sustanciales modificaciones.
El primer paso se daría en 2025 y sería utilizar combustible no fósil y 100% sostenible, mezclando elementos sintéticos y biodegradables, como empezarán a utilizar otros torneos fiscalizados directamente por la FIA.
Mientras que para 2026 se podría prescindir de la MGU-H, elemento de la unidad de potencia que se encarga de generar energía eléctrica a partir de los gases del escape. Para compensar su ausencia se conseguiría una mayor potencia de la MGU-K, que convierte la energía cinética generada en la frenada en electricidad.
Por otra parte, Audi y Porsche hicieron una propuesta en la reunión que todos los involucrados mantuvieron el pasado 3 de julio en el marco del Gran Premio de Austria: un motor eléctrico que actúe sobre el eje delantero para así convertir a los F.1 en vehículos de tracción integral. Es decir, quieren utilizar la tecnología que ya conocen de su paso por el WEC.
Se desconoce qué límite de fecha se pusieron las partes para definir el tema de los motores, aunque queda claro en esta primera etapa de las conversaciones que hay varias ideas.
