Porsche confirmó que el desarrollo del grupo propulsor para su primer monoplaza de Fórmula E entró en la fase final y llegará justo a tiempo para el debut de la marca en la categoría eléctrica, algo que se producirá en la temporada 2019/2020 que comienza en noviembre.
La evolución del grupo propulsor es fundamental para la entrada oficial de Porsche en el certamen y es un factor competitivo decisivo. Para controlar el gasto, la Fórmula E proporciona el chasis del monoplaza y la batería estándar, mientras que todos los componentes de propulsión son desarrollados por los fabricantes.
Entre los elementos que cada marca puede fabricar se encuentran el motor eléctrico, el inversor, el sistema de freno por cable, la transmisión, el diferencial, los ejes de transmisión y los elementos de la suspensión conectados al eje trasero, así como el sistema de refrigeración y la unidad de control.
“Desde que construimos el monoplaza Porsche de Fórmula E en enero hemos hecho grandes progresos, tanto en el desarrollo como en las pruebas. Podemos continuar optimizando sus componentes hasta su homologación para asegurarnos de que estamos perfectamente preparados para nuestra primera temporada en la categoría”, explicó Malte Huneke, Líder Técnico del proyecto.
“Estamos cumpliendo con el programa previsto: pruebas de conducción exhaustivas en circuito, trabajo continuo en el simulador y test en el banco de pruebas. Obtenemos datos e ideas importantes para el desarrollo del grupo propulsor Porsche con la combinación de todas estas fuentes”, agregó.