En 2012, la primera generación del Peugeot 208 se convirtió en el primer vehículo de serie dotado del Peugeot i-Cockpit. Esta innovación no surgió de la nada: los concept-car de la marca tuvieron un papel importante en las reflexiones que dieron lugar a este puesto de conducción.
El primero que lo tuvo fue el Peugeot SR1 en 2010. Posteriormente, lo utilizó el Peugeot Exalt y eso inspiró fuertemente el salpicadero del Peugeot 508. En el Nuevo Peugeot 208, que ya se produce y vende en la Argentina, la arquitectura del i-Cockpit surge directamente del concept Fractal. Mientras que el cuadro de instrumentos 3D, proviene del Quartz.
PRINCIPALES COMPONENTES
Desde su aparición en la primera generación del Peugeot 208, el i-Cockpit no ha dejado de evolucionar al ritmo de las creaciones de la marca, manteniendo sus elementos principales:
- Un volante compacto, para ofrecer mayores sensaciones de conducción y aumentar la maniobrabilidad.
- Una instrumentación elevada (lámina digital de alta resolución desde el lanzamiento del Nuevo Peugeot 3008).
- Una pantalla táctil de alta definición, siempre al alcance de la mano y de la vista.
- Una serie de interruptores, que imitan a las teclas de un piano y permiten un acceso directo y permanente a las principales funciones de confort.
Asimismo, el i-Cockpit recurre a una estratificación a tres niveles para conseguir una ergonomía y un confort de conducción perfectos:
LOS OJOS: Los datos aparecen justo en el campo de visión del conductor, que no necesita apartar su mirada de la carretera.
LAS MANOS: Los materiales son agradable al tacto, las uniones entre los elementos son perfectas, los mandos táctiles o físicos están situados en el mejor lugar. El mando Shift and Park by Wire en la caja de cambios automática EAT8 es intuitivo y ergonómico. Las levas en el volante permiten cambios de relación en modo manual sin perder la función automática.
EL CUERPO: El habitáculo forma un cockpit envolvente alrededor de sus ocupantes. Los asientos delanteros conjugan un excelente confort con una sujeción perfecta.
¿POR QUÉ FUNCIONA?
En el diseño de los i-Cockpit se tienen en cuenta numerosas reglas de ergonomía, visibilidad y arquitectura. Pueden resumirse con esta pregunta: ¿Cómo lograr que cualquier conductor pueda disfrutar de un buen nivel de confort con un máximo de visibilidad hacia el exterior?
Los arquitectos de la marca se han guiado por datos antropométricos estudiados en numerosos tipos de población. De hecho, lo que cuenta no es el tamaño de la persona que se pone al volante. Su relación dorso/pierna es el aspecto que debe analizarse en primer lugar. Por ejemplo, algunas poblaciones tienen un dorso grande si se compara con la longitud de la pierna. En otras, la situación es la contraria. Si un hombre tiene una estatura media de 1,76 m, la altura del pecho varía entre 87 cm y 98 cm. Unas cifras que inciden directamente en el posicionamiento de su visión.
Estos datos antropométricos han permitido calcular, entre otros, los rangos de reglaje de los asientos o el volante, para reforzar la sensación de burbuja y optimizar la ergonomía a bordo, sea cual sea la corpulencia del conductor.
EL PEUGEOT I-COCKPIT 3D
Como todos los puestos de conducción Peugeot, los datos se sitúan en el campo de visión del conductor. Estrenado en el Nuevo Peugeot 208, el Peugeot i-Cockpit 3D constituye una auténtica innovación, que llega a su segmento en primicia mundial.
Dependiendo de las versiones, el cuadro de instrumentos proyecta los datos a la manera de un holograma, como en un avión caza. Las indicaciones son dinámicas. Se acercan a la vista en función de su importancia o urgencia. De este modo, el tiempo de reacción se reduce alrededor de medio segundo. Mejora la conducción en todos los aspectos: eficacia y comodidad de lectura. La seguridad llega a unos niveles nunca alcanzados.
En el centro del salpicadero, la pantalla táctil mide 10 pulgadas (según versiones). Puede manejarse tanto a través de accesos directos táctiles situados al lado de los interruptores Toggle Switches como por medio de un sistema accionado por la voz.