Para aquellos que ya andan por los 50, la Pantera Rosa fue una linda compañía televisiva. El singular felino tuvo su show entre 1969 y 1978. En la Argentina el programa se lo pudo ver por Canal 7, aunque con el tiempo formó parte de la grilla de otros canales de aire en una época en las que las opciones de entretenimiento frente a una pantalla eran pocas.
Uno de los momentos más singulares del show era la apertura en la que se combinaba la realidad con la animación. Allí la Pantera Rosa llegaba al Teatro Chino de Los Ángeles en un singular vehículo de estilo futurista pintada de rosa, obviamente.
El auto aparecía unos pocos segundos, los suficientes para que los niños quedaran maravillados con su extravagante forma y su interior con piso alfombrado y butacas en forma de sillón.
No era más que una limusina para transportar a los protagonistas de la tira, la propia Pantera Rosa y el Inspector Clouseau. Lo manejaba un niño, que utilizaba un casco ya que el estrecho habitáculo era descubierto. En realidad, el muchahito solo aparece en las tomas finales; en las de acción se nota que lo maneja una persona de mayor edad.
El Panthermobile, considerado por muchos como el auto más extravagante del mundo, fue diseñado por Ed Newton y construido en Bob Reisner California Show Cars por Ed Newton, Dan Woods y los personalizadores Joe Bailon, Bill Hines y Bill Honda.
Fue construido sobre la base de un Oldsmobile Toronado. De este auto también se utilizó la mecánica, un motor V8 de siete litros. Estaba montado longitudinalmente, justo detrás de la cabeza del conductor, e impulsaba las ruedas delanteras.
Debido a su extraña forma, con un frente estrecho y una parte posterior de grandes dimensiones, el auto fue todo un desafío para sus creadores. En total medía más de siete metros de largo y supera los 1,80 metros de ancho.
Tenía varios artilugios adelantados para su época. Los espejos retrovisores, por ejemplo, habían sido remplazados por una cámara y un monitor de televisión en blanco y negro.
Durante muchos años, el automóvil fue propiedad del promotor Jay Ohrberg antes de ser subastado en 2007. Cuatro años después, en muy mal estado, fue puesto a remate nuevamente. Fue comprado y restaurado por Galpin Auto Sports en Los Ángeles, California.
Construirlo costó en su momento unos 100.000 dólares, el equivalente a 455.000 dólares de la actualidad.