Después del accidente que le costó la vida a Guido Falaschi en la carrera del Turismo Carretera en Balcarce el 13 de noviembre de 2011, muchos esperaron la palabra de Oscar Aventin, titular de la Asociación Corredores Turismo Carretera.
El Puma, que estuvo en el velorio del Príncipe, recién habló el martes 15 y lo hizo a través de los micrófonos de Radio 10. Fiel a su estilo dijo lo que pensaba y afirmó que lo ocurrido con el pibe de 22 años fue producto de la fatalidad.
También desafió a Marcos Di Palma, Juan María Traverso y Gabriel Furlan, quienes lo criticaron duramente, a hacerlo en la cara, “si tienen huevos”. Hasta confirmó que la categoría volvería al Juan Manuel Fangio…
Veinticuatro horas más tarde, Aventin volvió a hablar en una conferencia de prensa que se realizó en la sede de la ACTC, pero esta vez fue con otro tono… Se podría decir que el Puma, esta vez, no mostró sus garras. Y tampoco hizo una autocrítica, ni mucho menos.
“Esta conferencia se realiza con un profundo dolor, que no tiene tregua y que no cesa. Y no va a cesar por muchos años. Si bien estamos acostumbrados a las tragedias en el automovilismo y, fundamentalmente, en el Turismo de Carretera”, arrancó con la voz apaciguada.
Luego admitió que no estaba en plenitud mental “con respecto a la claridad, de los hechos” y graficó el panorama: “Hay tres escenarios de la opinión pública. Los que piensan que son cosas de las carreras. Lo que dicen los detractores de una actividad que tiene muchos años… Y, con toda la honestidad del mundo, nosotros que estamos parados en el medio. No está todo bien y no está todo mal… Tenemos que seguir atendiendo, tenemos cosas que corregir, hay que dialogar con los pilotos y con toda la gente que interviene. Sabemos que hicimos un trabajo bárbaro en estos años que no hizo, quizás, otra gente”.
-Aventin, ¿cuáles fueron las fallas?
-Fallar, no falló nada. Hablamos que exactamente un minuto después finalizaría la competencia por tiempo neto y hubiera terminado como una fiesta más del Turismo Carretera con un autódromo colmado de gente y un día de sol espectacular… Lo que desencadena la tragedia es el despiste de Leonel Larrauri. Hablé con él y está destrozado, no sabe qué le pasó en el auto… Se le despista en el peor momento, cuando venía la punta de la carrera. Giallombardo lo ve, lo esquiva bien y el que se lo encuentra de golpe es Falaschi, porque viene tapado y pega un volantazo en exceso a la derecha. El auto se detiene en las gomas de contención, hasta ahí no pasa nada. Pero atrás venía Ortelli y lo impulsa de nuevo a la pista. El auto queda de pechito para que lo embista de pleno Girolami. Estos golpes laterales siempre han lastimado mucho a los pilotos. Si no los mata, los deja realmente estropeados.
-Se desataron las gomas…
-Sí, pero ya habían cumplido su función porque habían parado el auto. Si hubiera sucedido en la vuelta 10, no se hubiese relanzado porque las gomas se habían movido. Sí, es una falla que no tiene que pasar. Las gomas tienen que estar atadas para que no se desparramen. Es una autocrítica que no somos responsables nosotros, pero en definitiva somos responsables. Lo que falla es la fatalidad (sic).
Cuando se lo consultó por los responsables de este fatal accidente, Aventin respondió: “Cada uno puede pensar lo que quiera o lo que necesite pensar a través de su sabiduría. Nosotros no tenemos un responsable. Estamos esperando que actúe la justicia como actúa siempre. Hay una fiscal en Mar del Plata que tiene todos los autos. Se están haciendo los peritajes. Creemos que el primer responsable en una tragedia es la fatalidad. Si no hay un despiste, no hay posibilidades de que se golpee alguien. Los despistes están a la orden del día en el automovilismo. En todos las categorías y en todos los circuitos. Nosotros no podemos decir que la responsabilidad es por tal o cual cosa”.
Aventin contestó a cada interrogante con un tono calmo. Se quebró dos veces. La última vez hasta soltó algunas lágrimas. Fue cuando dijo que no podía responder más preguntas… Lástima.
