El mundo del automóvil siempre ha vivido rodeado de hombres, aunque injustamente. Las mujeres también han jugado y siguen jugando un papel importante en su desarrollo. Y no solo como pioneras, sino como empresarias, ingenieras y, también, como inventoras.
En una sociedad que clama por la igualdad -al menos eso dice-, el papel de la mujer pocas veces ha sido reconocido en el sector del automóvil. Craso error. Algunas de las ideas más importantes de la historia del automóvil fueron obra de mujeres.
El retrovisor, el limpiaparabrisas, la luz intermitente, la calefacción del coche, las válvulas de camisa del motor rotativo, el kevlar para su uso en neumáticos y las líneas de la carretera, por ejemplo, contaron con mujeres como alma inspiradora. Pero no solo hay que reconocer a la mujer su importancia en los inventos, también hay que reivindicar su impulso para conseguir la igualdad.
Estos inventos llegaron por motivaciones distintas. La piloto Dorothy Levitt, la mujer más rápida del planeta en su época (logró el primer récord del mundo femenino de velocidad al alcanzar los 146,25 km/h), describió en su libro dedicado al automóvil llamado “La mujer y el automóvil: un pequeño manual para todas las mujeres que son motorizadas o quieren motorizarse” de 1909 varios consejos… como el de que las mujeres usaran un pequeño espejo para ver el tráfico que había detrás de sus vehículos. Así nació el espejo retrovisor.
Mary Andersson observó en 1902 cómo los taxistas de Nueva York sufrían con la lluvia para ver por dónde circulaban y su idea fue la de crear un dispositivo manual que se accionara desde el interior para limpiar el parabrisas.
Florece Lawrence no solo fue actriz en Hollywood (300 películas en su haber) sino que también fue una apasionada del motor. Diseñó un artilugio en forma de palo que se movía de forma intermitente para indicar cuando el vehículo iba a girar. Hoy sigue siendo intermitente, pero con luces de tipo Led.
Margaret A. Wilcox inventó en 1893 el primer sistema de calefacción para vehículos, que llevaba aire caliente desde el motor hasta el interior. Solo era aire que entraba, pero la idea cuajó y se desarrolló hasta los sistemas de climatización de nuestros días.
Margaret E. Knight aportó a finales del siglo XIX uno de los componentes clave para el desarrollo del motor rotativo: las válvulas de camisa. También inventó la máquina para fabricar bolsas de papel en serie.
Stephanie Kwolek, química estadounidense de origen polaco, inventó el poliparafenileno tereftalamida, que hoy conocemos como Kevlar, mientras participaba en la búsqueda de un material ligero y resistente para fabricar neumáticos.
June McCarroll estuvo a punto de sufrir un accidente cuando un camión la sacó de la carretera. Intuyó que una línea divisoria podría haría circular a cada vehículo por su carril evitando situaciones peligrosas. En 1924 las autoridades de California convirtieron la idea en ley. Hoy seguimos pintando líneas en las rutas.
Bertha Benz fue la primera mujer en conducir un coche, ideado por su marido Karl Benz, y hacer un viaje con sus hijos en 1888.
Sophie Opel fue la primea mujer fabricante de automóviles en 1895 cuando se hizo cargo de la empresa de su difunto marido Adam Opel.
La activista francesa Anne d’Uzes fue la primera mujer en superar el examen para obtener el carnet de conducir en 1898… y también fue la primera mujer multada por exceso de velocidad (iba a 13 km/h en lugar de los 12 km/h permitidos).
En 1899 Madame Labrousse se convirtió en la primera mujer en participar en una carrera de coches. Disputó la París-Spa y acabó en la quinta posición en la categoría de tres plazas.
En 1901 Camile du Gast pasó a la historia como la primera piloto profesional de carreras, participando con su taxi en la París-Berlín y acabado en 15ª posición.
Elisabeth Junek, checoslovaca, fue en 1926 la primera piloto profesional de Grand Prix, ganando en 1927 el Gran Premio de Alemania. No escuchó su himno en el podio… porque nadie tenía la partitura. Ese mismo año Clärenore Stinnes fue la primera en dar la vuelta al mundo en un coche.
La italiana Maria Teresa de Filippis fue la primera mujer piloto en correr en la Fórmula 1 en 1958. Lo hizo en el GP de Bélgica y disputó tres carreras. Y en esta misma disciplina Maria Grazia Lella Lombardi fue la primera mujer en puntuar en una carrera de F-1 en 1975.
Michele Mouton y Fabrizia Pons fueron las primeras mujeres en ganar una prueba del Campeonato del Mundo de Rallys. Fue en el Rally de San Remo de 1981. A lo largo de su carrera consiguieron cuatro victorias más.
En 1990 la francesa Elisabeth Bougis fue la encargada de crear de principio a fin un coche completo (diseño, desarrollo, fabricación, campaña de publicidad y estrategia de venta). Fue el Renault Twingo, el modelo que pasaría a la historia por romper referencias y manifestarse como el más original de la marca francesa.
La alemana Jutta Kleinschmidt fue la primera mujer en ganar el Dakar. Física de profesión, trabajó en BMW y en 1992 empezó a correr. En el 2001 fue la primera (y hasta la fecha única) mujer en ganar esta gran aventura.
Para concluir, dos ejemplos de mujeres clave en el desarrollo moderno del automóvil: Mary Barra y Linda Jackson. La primera es la presidenta de General Motors, puesto que ocupa desde el año 2012. La segunda, británica, es la actual directora general de Citroën.
Todas ellas no son más que un pequeño ejemplo de las miles de mujeres que han dedicado su vida al mundo del automóvil. Sola una palabra: gracias.