La exhibición que había programado el TCR South America en la Plaza Central de Termas de Río Hondo para el viernes por la noche ya había llegado a su fin. El Lynk & Co del PMO Motorsport ya estaba rumbo al circuito y el único vehículo que aún estaba expuesto a la espera de ser llevado al autódromo era el Honda Civic de vieja generación que se utiliza para las VIP Laps, una acción que la categoría realiza en cada presentación con invitados especiales.
En medio de los pocos curiosos que estaban mirando el auto apareció Milagros, una jovencita cordobesa no vidente que muy respetuosamente pidió permiso para recorrer el coche con sus manos.
Milagros llegó al lugar acompañada de su madre, quien le dijo que había un auto de carreras en medio de la plaza. Tras recibir el OK de los miembros del TCR a cargo de la exhibición, Milagros comenzó a tocar cada centímetro del Civic. Y cada sector que recorría con sus dedos iba acompañado de una exclamación de asombro.
La sorpresa y la alegría llegaron cuando Milagros fue invitada a subir al auto para conocer su interior. La joven entró al habitáculo, se acomodó en la butaca y comenzó a tocar el volante, los caños de la estructura tubular, hasta los pedales. En todo momento recibió información del colega Mariano Colombo, que le explicó cada detalle de lo que sus manos iban tocando.
Luego se enteró que el TCR South America era la categoría que estaba girando por la tarde cuando ella y su madre estaban de visita en el Museo del Automóvil del trazado santiagueño. “Mi mamá me decía que los autos pasaban tan rápido que ni los podía ver”, le contó la joven a Automundo.
“Si bien yo escuché varias veces cómo suena un auto de carreras nunca había tenido la oportunidad de conocer tan afondo cómo es. En mi mente era otra cosa. Estoy contenta porque esto me cambió realmente la imagen mental que yo tenía de un auto de carreras”, le dijo Milagro a Automundo.
“¡Sí, sí!”, respondió ante la pregunta si le gustaría que la lleven a dar una vuelta en un TCR. “Sería una experiencia única por la adrenalina, el sonido, la velocidad. Me sentiría genial”, agregó.
La emoción de Milagros fue compartida por todos los presentes, quienes no pudieron evitar emocionarse al ver la felicidad que irradiaba la joven en ese momento. Fue un instante mágico que quedará grabado en la memoria de todos los que fueron testigos de la primera vez que esta chica vio con sus manos cómo es un auto de carreras.