Después de ganar el Gran Premio de España el pasado domingo, el neerlandés Max Verstappen (Red Bull) se convirtió en el nuevo líder del campeonato de la Fórmula 1 con seis puntos de ventaja sobre el monegasco Charles Leclerc (Ferrari). El vigente campeón no ha tenido tiempo de disfrutar ya que este fin de semana el torneo continuará con el Gran Premio de Mónaco.
En un circuito tan estrecho y sin lugares para el sobrepaso como el de Montecarlo la clasificación toma tal relevancia que Max la define como “una locura”.
“Mónaco siempre es un fin de semana ajetreado, pero especial. La clasificación es crítica, la pista es muy antigua y estrecha, tu ritmo cardíaco sube tanto que es una locura. Tenemos que estar constantemente al límite, es una pista bastante loca para estos autos de Fórmula 1”, aseguró en la previa de la séptima fecha del calendario.
En su análisis de su presente, Verstappen destacó el trabajo que está realizando con el mexicano Sergio Pérez, su compañero. Principalmente después de la controversia que se suscitó en Barcelona cuando su equipo le pidió al azteca, que estaba al frente de la carrera, que le cediera el paso.
“Checo y yo estamos trabajando muy bien como equipo y, por supuesto, es genial que estemos liderando los campeonatos de Constructores y de Pilotos. Pero todavía queda un largo camino por recorrer y muchas cosas pueden cambiar, como hemos visto en lo que va de temporada”, reconoció.
El GP monegasco no ha sido del todo favorable para Verstappen, aunque el triunfo del año pasado le sacó un peso de encima después de dos abandonos (2015 y 2016), un quinto lugar (2017), un noveno (2018) y un cuarto (2019).
“Mi historial de carreras en Montecarlo no es tan bueno, aunque finalmente gané allí el año pasado y eso me provocó un gran alivio una vez que crucé la línea de meta. Realmente estaba muy feliz de ganar esa carrera”, culminó.