A lo largo de su campaña deportiva, Marcelo Adrián Bugliotti demostró ser un piloto de gran talento y versatilidad, capaz de competir y destacarse en diferentes categorías del automovilismo argentino. Sobresalió en el TC2000, el Turismo Carretera, el Top Race y el Turismo Nacional, categoría en la que logró el título de la Clase 3 en 2009. Sin embargo, no solo se lo recuerda por sus victorias y grandes carreras, sino también por dos celebraciones polémicas.
La primera de ellas ocurrió el 5 de mayo de 2002 y se convirtió en uno de los sucesos más vergonzosos en la historia del deporte argentino. Todo ocurrió en el circuito El Zonda de San Juan tras ganar en una carrera de TC2000.
Tan eufórico estaba Bugliotti por su quinto triunfo en la categoría que decidió hacer un festejo que dejó con la boca abierta a todos: subió al podio y tras celebrar con el champagne junto a sus escoltas Esteban Tuero y Gabriel Ponce de León (luego excluido por un toque a Mariano Altuna), se desnudó para el asombro del público.
“Lo hice como dedicatoria a los políticos que nos dejaron en bolas…”, dijo al principio, aunque luego no le quedó otra que justificar con un simple “se me salió la cadena”.
Obviamente, la sanción de la Comisión Deportiva Automovilística del Automóvil Club Argentino no se hizo esperar: recibió una multa de 2.000 pesos (unos 600.000 pesos en la actualidad) y, posteriormente, tuvo que donar 40.000 litros de leche a entidades de bien público de la provincia cuyana.
En 2011 protagonizó otra celebración inadecuada, con el agravante que puso en riesgo la integridad de sus rivales. Tuvo lugar el 31 de julio en Alta Gracia. Tras ganar la carrera de la Clase 3 del TN, detuvo su auto en la recta principal cuando aún no había finalizado la carrera para festejar con sus colaboradores. Pero eso no fue todo, rememorando el striptease de San Juan se sacó parte de la vestimenta y se quedó en calzoncillos. “Me iba a poner en bolas de nuevo, pero me pararon”, dijo.
Esta vez, la CDA fue implacable y lo suspendió por el resto del año. “Fue una actitud irresponsable de total desconsideración con la organización de la competencia y con sus propios adversarios”, dijo el ente fiscalizador sobre detener el auto de manera tan imprudente.
Mientras que sobre sacarse nuevamente la ropa, la CDA sostuvo que fue una “conducta indebida de un piloto licenciado”.
“La ceremonia del podio debe ser considerada como una parte indivisible de la competencia toda y no como un espacio privativo para los que a él acceden y puedan decir o hacer cualquier cosa…”, añadió.
Sin dudas, Marcelo Bugliotti protagonizó momentos que merecen ser borrados, aunque no olvidados.