Si bien durante sus siete décadas de vida la Fórmula 1 ha tenido varios pilotos que con sus opiniones y posiciones han tenido relevancia en la propia categoría, como Jackie Stewart que hizo mucho por la seguridad en la década de 1970, Lewis Hamilton ya podría considerarse como el más influyente de la historia.
En el caso del británico, seis veces campeón de la especialidad, sus actitudes frente a situaciones sociales movieron las bases del Mundial, que hasta principios de junio solo parecía preocupada por volver a correr cuanto antes para minimizar el impacto de la pandemia de coronavirus.
A partir de la muerte de George Floyd a manos de un policía de la ciudad estadounidense de Minneapolis, Hamilton expuso que en el automovilismo el color de piel puede ser un gran obstáculo para superar. De hecho, afirmó que de niño fue victima de bullying por ser negro y que eso influyó en su determinación y en su forma de correr.
A través de su cuenta de Instagram y en diferentes entrevistas, Hamilton expuso una problemática que está muy presente en toda la sociedad. Y si bien en algún momento criticó a sus colegas por no pronunciarse al respecto, sus propias opiniones y actitudes sirvieron para hacer un cambio que, seguramente, repercutirá en el futuro.
Como a las palabras también hay que acompañarla con hechos creó The Hamilton Commission junto a la Real Academia de Ingeniería británica con el objetivo de “involucrar a más jóvenes negros en temas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas”.
Esta propuesta fue la que inspiró a la propia Fórmula 1 para crear un movimiento llamado #WeRaceAsOne (corremos como uno), destinada a abordar problemas importantes que enfrentan el deporte y las comunidades globales como la lucha contra COVID-19 y la condena del racismo y la desigualdad.
Como si eso fuera poco, Mercedes, el equipo para el que compite Hamilton, abrazó la causa de su principal piloto y optó por hacer una modificación radical en la imagen de sus autos para este año.
Cambió el clásico color plateado de sus monoplazas y los pintó de negro en concordancia con el tono que se utiliza para identificar el movimiento Black Lives Matter, que comenzó en 2013 a partir de la muerte del joven afroamericano Trayvon Martin en 2012 a manos de un vigilante de un barrio de Florida y que tomó mayor impulso con el asesinato de Floyd.
Con esta nueva decoración, el team alemán expuso su compromiso por “mejorar aún más la diversidad de su equipo y el deporte” y, al mismo tiempo, hizo una declaración pública de su lucha “contra del racismo y la discriminación en todas sus formas”.
Como todos los ídolos, Lewis Hamilton inspira dos sentimientos: están aquellos que lo idolatran y los que lo critican. Pero nadie puede dudar del valor de sus palabras y sus actitudes, que provocaron que la F.1 cambie en solo diez días como no lo había hecho en 70 años.